Por una mejor macroeconomía

Por una mejor macroeconomía

Para una verdadera estabilidad macro-económica, no es suficiente que la política monetaria dependa de un esquema de meta de inflación. Se necesita algo más, como la existencia de una meta progresiva hacia un equilibrio fiscal, total transparencia en sus operaciones y que el Banco Central sea solo técnico.

Si el gasto está fuera de control, no es posible bajar y mantener estable la inflación sin alterar el balance de empresas y familias. Cuando anunciaron la meta de inflación, las autoridades monetarias debieron decir que de manera permanente se procuraría un equilibrio en las cuentas fiscales estructurales. Que el ahorro público sería un objetivo sin discusión, para luego, sin endeudamientos, estar en condiciones de mitigar los efectos de crisis externas.

Como no se hizo el anuncio, se tiene un arroz con mango. La política monetaria (la tasa de interés “over night”) se maneja para controlar la inflación de final de año, para que no supere 6.5%, pero resulta que en los primeros cinco meses del 2012 el sector público no financiero cerró con un déficit fiscal récord de RD$61,000 millones. Lo peor es que nadie ha leído un estudio técnico llamando la atención sobre la incongruencia, diciendo que la ausencia de un compromiso fiscal daña la meta de inflación. Que debe prevalecer el buen juicio y la prudencia en el manejo de los recursos públicos.

Lo que sí se publicaron fueron respuestas intolerantes; por ejemplo,  relativo al crecimiento de 3.5% del PIB en el 2009, con la economía mundial en recesión. Bajo un esquema de meta de inflación ese comportamiento no cabe. Debieron publicar estudios rigurosos, señalando las razones técnicas del comportamiento o admitiendo fallas en metodología y/o fuentes de datos. Ello así porque los modelos econométricos y el sentido común dicen que República Dominicana es muy dependiente de lo que sucede en la economía mundial.

La transparencia de la política monetaria bajo un esquema de meta de inflación exige que las autoridades incentiven estudios rigurosos. Otros ejemplos: porqué los modelos macro-económicos aprendidos en las universidades no sirven para entender la actual crisis financiera mundial; las razones por la que en sus análisis no integran al sector real con el financiero; explicar porqué  los macroeconomistas se quedaron sin empleo, tomando como base que la crisis los dejó sin instrumentos válidos para explicar lo que sucede a su alrededor; explicar que el déficit en el presupuesto y en la cuenta corriente, aumentan los riesgos y la prima de nuestros bonos soberanos; que la aversión al riesgo de los inversionistas podría reducir la entrada de capitales, con presiones sobre nuestras reservas internacionales, con costos para empresas y familias endeudadas en dólares, pero que reciben ingresos en peso. Decir con sinceridad que la política monetaria actual se basa en modelos econométricos estructurados usando teorías macro-económicas invalidadas o puesta en observación por la crisis financiera actual.

En síntesis. Para que el esquema de meta de inflación y la macroeconomía ganen credibilidad, se necesitan compromisos firmes para una meta fiscal, total transparencia en la gestión, la realización y publicación de estudios rigurosos, además de que el Banco Central sea solo técnico.

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