Pornografía radiográfica

Pornografía radiográfica

Con las frecuentes amenazas de grupos radicales a los Estados Unidos de Norteamérica y tomando como punto de partida la tragedia del 11 de septiembre del 2001, en los puertos, aeropuertos y fronteras estadounidenses se incrementaron los controles de seguridad, llegándose a decir en forma humorística, que quienes desearan pasar rápido por los puestos de vigilancia, debían viajar desnudos.

Recientemente ha provocado controversias el uso de revisiones corporales más rigurosas, que han incluido toques en los genitales de los viajeros. Como alternativa, se ofrece el método de “escaneo” con tecnología radio-ultrasónica que parece permitir visualizar tridimensionalmente el cuerpo humano como si estuviese desnudo.

Este último método también generó protestas porque algunos entienden que indirectamente viola su intimidad y para colmo, hace varios días algunos medios noticiosos en Estados Unidos dieron la información de que un miembro de la seguridad en un aeropuerto fue sorprendido masturbándose mientras un equipo escolar deportivo de jovencitas cruzaba por el escáner. Ahí quedó la noticia porque los norteamericanos son muy restrictivos para liberar informaciones que cuestionen su sistema de contratación de personal y otras lindezas.

Lo cierto es que ese empleado no resistió lo “explícito” de las imágenes y dio rienda suelta a su morbo sin valorar las consecuencias.

A todo esto, y aún con lo realista del método, las radiografías, los escáneres y las revisiones excesivas, no han podido evitar la migración de poderosos enemigos de la humanidad, como los virus, entre ellos los del SIDA y la gripe porcina, las bacterias, como la del cólera, y parásitos, en especial aquellos que chupan sangre de los pueblos amparados en la pandemia de corrupción que está diezmando las sociedades.     

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