¿Porqué Danilo Medina?

¿Porqué Danilo Medina?

A mediados del año 1997, el Presidente Leonel Fernández firmaba unos libros. Y como vicecónsul me tocó coordinar su visita a Nueva York;  estábamos en la suite presidencial de un hotel del bajo Manhattan, cuando le dije: “Presidente, si usted no se va a reelegir tiene que apoyar a Danilo Medina”, quien se encontraba también sentado alrededor de la mesa. Creo que Danilo se sorprendió de que hiciera ese planteamiento. No estaba en sus pensamientos. Era un hombre fiel y entregado a sus amigos. Y no tenía aspiraciones en esos momentos.

Estaba seguro que Danilo podía ser presidente de la República. De igual manera, cuando Leonel estaba acompañando a Juan Bosch, en el año de 1992, en Providence lo empezamos a entusiasmar con que fuera el candidato a la vicepresidencia junto a Bosch. El entonces director de prensa del PLD solo bromeaba diciendo: “díganlo en voz baja que por ahí anda Euclides”, que sí de verdad tenía aspiraciones.

Así como Leonel no tenía aspiraciones de ningún tipo en ese tiempo, Danilo tampoco la tenía en los inicios del primer gobierno del PLD. Y no me equivoqué cuando apoyé a Leonel.

La aspiraciones de Danilo surgen cuando se ve la necesidad de darle continuidad al proyecto del profesor Juan Bosch, iniciado por Leonel, de hacer una sociedad más justa que tome en cuenta las necesidades de los más necesitados.

Uno de los éxitos del gobierno de Corea del Sur ha sido la continuidad en las políticas de Estado. Los cambios de gobierno que crean incertidumbres, los cambios en las políticas que requieren continuidad, no son saludables.

El gobierno del PLD  que encabeza el presidente Fernández ha propuesto una estrategia nacional de desarrollo que procura una mejor y mayor distribución de las riquezas.

En el discurso que pronunció de lanzamiento de su candidatura presidencial, en Santiago, Danilo dejó claramente esbozado en abril pasado que quiere gobernar para hacer lo que nunca se ha hecho. Y está dispuesto a  hacer lo que dice. Y se ha comprometido a reducir considerablemente la miseria absoluta  y a disminuir la desigualdad social.

No me equivoqué cuando apoyé a  Leonel  porque le ha tocado siempre en sus gobiernos sacar al país de las crisis. Ahora, debo apoyar a Danilo. Antes lo veía porque era un seguidor de Bosch, pero  ahora  también Danilo es un hombre de Dios. Y  Dios honra a los que le honran.

De modo que la continuidad en las cosas que se están haciendo bien,  su gran preocupación social, su origen humilde, que conoce las necesidades del pueblo, lo lleva a ser el Presidente que los dominicanos merecemos a partir  de las elecciones venideras.

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