Porque es hora de dejar atrás todas las caretas

Porque es hora de dejar atrás todas las caretas

Siempre hemos querido viviendo sin vivir. Dejamos que las cosas fluyan, se sucedan solas, en lugar de enfrentarlas y hacer lo que corresponda. Somos maestros de la simulación y usamos las caretas, sin contemplación, por no quedar mal.

Hoy es hora de  ponerle nombre a cada situación. Basta ya de mirar a otro lado, evitando el escándalo: hay que exigir, reclamar, porque ya está bueno de que se abuse sin piedad y  que nadie pague por su actos. No sé si corresponde al clero o a la justicia. Tal vez es asunto de ambos y  de todos. Pero necesitamos castigo.

Hoy, con la cabeza gacha, toca decir que la Iglesia no puede seguir siendo cómplice de los miembros que abusan de los menores. Con su silencio reiterado, como  si  al ocultar al malhechor proscribiera el delito, el clero ha intentado por todos los medios que sus sotanas queden lo más limpias posibles.  Por eso vemos que  Josef Wesolowski fue sacado del país antes de que se supiera lo que hizo, así como también el padre Alberto Gil  Wojciech se marchó mucho antes de que le acusaran.  Ojalá que en estos casos,  al igual que en el de  Juan Manuel de Jesús Mota (padre Jhonny), no pase lo mismo que en el del  “Hogar La Ciudad de los Niños, San Francisco Javier”, de San Rafael del Yuma: tres de los responsables murieron, mientras otros fueron descargados.

Estos casos también  nos vuelven a llamar la atención en torno  a otro punto muy importante: la educación sexual. Es vital que enseñemos a nuestros niños a protegerse y hasta a desconfiar. Las aulas tienen que educar para la vida. Evitar hablar de sexo, en lugar de ayudarles, les perjudica. Hay que prepararlos.

Publicaciones Relacionadas