Los políticos muchas veces trascienden en la memoria de sus paisanos y penetran en los meandros de la historia además de por sus hechos, por lo que dicen, reflejo de sus intimidades incorpóreas o emotivas, conforme desgloso.
El cuatro veces presidente de Ecuador y cuatro veces derrocado, José María Velasco Ibarra, cada vez que articulaba un proyecto electoral vociferaba:
“Dadme un balcón y ganaré”. Y así sucedió inmancable cuatro veces.
El líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, cuando fue juzgado luego del fallido asalto al cuartel Moncada de Santiago de Cuba, expresó ante el tribunal: “La historia me absolverá”.
Cuando el general José de San Martín organizaba en Mendoza el Ejército de los Andes preparando la invasión a Chile para gestar su independencia en las batallas de Maipu y Chacabuco destrozando la as huestes realistas, pronunció:
“Harás lo que hay que hacer, o no serás nada”.
En medio del fragor de la II Guerra Mundial, Winston Churchill, Primer Lord del Almirantazgo y tenido como el inglés más notorio de la historia, Londres asediado por los cohetes VI y VII, ofreció a su país: “Sangre, sudor y lágrimas”.
Esas referencias a propósito del ruego de nuestro presidente Luis Abinader a la Virgen de la Altagracia este 21 de enero otorgarle sabiduría para sortear los graves inconvenientes que padecemos por las pandemias del PLD y covid 19.
“Sentirse poderoso es un peligro”, sentenció nuestro presidente en el cuarto escenario escogencia jueces Tribunal Constitucional.
Convergencias emocionales de nuestro gobernante reflejan convocación y convencimiento.