Aquella “Brillante Navidad” nunca será olvidada. Con aires de nostalgia, muchos sentirán melancolía al recordar los bombillitos que cobraban vida en el Parque Iberoamérica. Para los vecinos, sin embargo, aquel recuerdo será sinónimo de noches sin dormir, tapones interminables y un desorden que complicaba sus vidas desde que diciembre llegaba.
Con posiciones fuertes, unos y otros enarbolaban sus argumentos y, por momentos, la ciudad se dividía entre los que apoyaban a los “pobres” (se supone que a ellos iba destinada Brillante Navidad) y los ricos que viven en la zona y no tenían un minuto de tranquilidad durante el mes que duraba el parque de luces.
El lunes pasado todos los argumentos cayeron. Ya no hay que hablar más. A partir de este año la Brillante Navidad será destinada a los pobres: los RD$40 millones que el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) usaba en darle vida al parque llegarán a los barrios vulnerables del municipio para iluminarlos durante todo el año.

La oscuridad, como todos sabemos, es la madre de la inseguridad. Por ello, al llevar el alumbrado público a los barrios el alcalde David Collado iluminará la vida de los que viven allí. ¿No es mejor llevarle calidad de vida a la gente que entretenerla?
Ojalá que todas las apuestas de David giren en ese tenor. El Distrito Nacional tiene muchas carencias y es hora de empezar a resolver los problemas fundamentales. La iluminación es, sin lugar a dudas, uno de ellos. También quedan los cementerios, los parques, el drenaje, la recogida de la basura, la regulación, el planeamiento urbano… en fin, trabajo.