Porque todos somos hojas del mismo árbol

<P>Porque todos somos hojas del mismo árbol</P>

Difícilmente haya alguien en República Dominicana que no conozca quién es Fidel Castro Ruz. Paradójicamente, son muy pocas las personas en este país que conocen en detalle su origen social y familiar. Ni siquiera tienen amplia idea de sus actividades políticas antes de que cobrara notoriedad por el derrocamiento de la dictadura de Fulgencio Batista y el inicio de una sociedad diferente en Cuba.

El libro Fidel Castro Ruz; Guerrillero del Tiempo contiene las memorias de un parte de la vida del líder de la revolución cubana. Es la versión narrada y recogida directamente por la periodista Katiuska Blanco Castiñeira. Con sus preguntas y comentarios, Katiuska muestra la acuciosa investigación que hizo sobre El Comandante y su familia, al tiempo que aporta precisiones importantes que le daban pie al contertulio para elaborar las respuestas. Es un libro extraordinariamente ameno que se lee muy rápido y se disfruta mucho.

La obra fue publicada por primera vez cuatro meses atrás, en febrero de 2012. Ahora se imprime en República Dominicana. Nuestra primera lectura de Guerrillero del Tiempo provocó una magnífica impresión. En ella descubrimos cómo el hijo de un terrateniente gallego, adinerado por demás, se educó bajo la tutela de hermanos lasallistas y sacerdotes jesuitas, hasta llegar a convertirse en el paladín de los desposeídos del continente americano y líder de una revolución orientada hacia la construcción de un régimen socialista a pesar de los esfuerzos en contrario de parte de Estados Unidos.

Entre sus primeros recuerdos de infancia, Fidel recuerda que su padre, Ángel Castro, era un gallego de carácter, de mal genio, que inspiraba respeto y constituía el símbolo de la autoridad. Sus ideas se correspondían con las de un hombre conservador aunque, desde el punto de vista humano, lo consideraba una persona muy generosa y solidaria. Su madre, la cubana Lina Ruz, procreó con Ángel una familia de cuatro hembras y tres varones

Los dominicanos disfrutaremos la lectura de este texto y apreciaremos las 167 fotografías pocas veces vistas que contienen los dos volúmenes. Se conocerán eventos que reflejan cómo, durante la infancia y la juventud de Fidel Castro, la solidaridad internacionalista fue reforzada a partir de las luchas del pueblo dominicano. Fue notable el impacto que tuvo en el joven escolar la participación en la guerra de independencia de Cuba de cinco dominicanos, del poblado de Baní, que alcanzaron rangos de General en el Ejército mambí. Los tres hermanos Marcano (Luis, Félix y Francisco), el teniente general Modesto Díaz y el generalísimo Máximo Gómez se afincaron firmemente en la conciencia de aquel joven.

A través de estos diálogos con Katiuska Blanco, se nos va dando el proceso de formación ética intelectual y política del líder cubano. Conoceremos de experiencias, realmente peligrosas, como cuando enfrentó, de forma casi suicida, a grupos gangsteriles que controlaban la Universidad de La Habana. También viviremos la intensa experiencia del bogotazo, cuando se sumó a la sublevación popular, ya por solidaridad con el pueblo colombiano como por el internacionalismo que le bullía en la sangre.

Siendo estudiante universitario, se convierte en uno de los más decididos luchadores contra la tiranía de Rafael Trujillo. Ya en 1947, a sus 21 años de edad, Fidel asume la Presidencia del Comité Pro Democracia Dominicana y se enrola como combatiente en la expedición armada que entonces se organizaba en Cayo Confites, un islote del archipiélago Norte cubano. A lo largo de toda su vida política, continuaría siendo solidario e internacionalista con los sectores progresistas de nuestro país. El comandante Enrique Jiménez Moya y el coronel Francisco Caamaño Deñó dieron, en su momento, testimonios de agradecimiento por la solidaridad revolucionaria cubana.

Fidel destaca en estas memorias las magníficas impresiones que en su juventud le provocaron dos dominicanos: Juan Bosch y Ramón Mejía del Castillo (a) Pichirilo.

De Bosch dice:

Muy pronto hicimos amistad. Entre tanta gente en el Cayo, a mí me gustaba conversar con él; de todos los dominicanos que conocí fue el que más me impresionó.

Más adelante en la obra, narra la operación de captura en alta mar de la goleta Angelita, propiedad del tirano Trujillo, en la que participó junto a Pichirilo. Allí exalta la figura de buen marino que tenía Pichirilo. Además, refuerza su admiración por este legendario personaje recordando su participación en la conducción del yate Granma que trasladó a los revolucionarios cubanos desde México hasta Cuba, para desarrollar la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.

Asimismo, El Comandante cita un artículo suyo publicado en la revista Bohemia, escrito cuando los golpistas batistianos trataron de desacreditarlo con la acusación de estar vinculado a Trujillo. Decía entonces:

“Cuando esa hora llegue, Cuba sabrá que los que estamos dando nuestra sangre y nuestras vidas, somos sus hijos más leales y que las armas con que vamos a conquistar su libertad no las pagó Trujillo, sino el pueblo, centavo a centavo y peso a peso. Y si caemos, como le dijo Martí al ilustre dominicano Federico Henríquez y Carvajal, caeremos también por la libertad del pueblo dominicano.”

Katiuska Blanco Castiñeira en su presentación de Guerrillero del Tiempo, expresa:

El lector tendrá la oportunidad de recorrer con Fidel el camino de sus días, disfrutará de la naturalidad y transparencia con que va a hilvanando los hechos, puntos de vista, imágenes y sentimientos de la memoria; en un viaje desde la casa y los seres del pasado, hasta los desvelos, penurias, esperanzas y augurios de los días que corren.”

Esta autobiografía es una forma de proyectar hacia la historia las ideas íntimas de Fidel. “Porque todos somos hojas de un mismo árbol”. Y raíz de una misma tierra, diríamos nosotros, que, a pesar de las dificultades, seguirán siendo hermanos. En particular los cubanos, quienes han tenido en El Comandante el frondoso cedro que ha dado cobijo frente a las constantes agresiones desde el Norte revuelto y brutal logrando que la Revolución cubana sobreviva y se haya desarrollado por más de medio siglo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas