POR TEÓFILO ABREU
El presidente de la Confraternidad Evangélica Dominicana, reverendo Braulio Portes. dijo ayer que en ningún país civilizado o que tenga vocación moral puede permitirse al aborto, y advirtió que los miembros del Congreso Nacional no están para legislar sobre la muerte.
El líder evangélico consideró que la legalización del aborto, mediante una ley del Congreso Nacional sería crear una ruta de genocidio, y eso en una mente sana no puede tener cabida.
Creo que los legisladores deben cuidarse absolutamente de no traer esa mancha sobre el Congreso, porque ellos no están para legislar sobre la muerte, sino sobre la vida, para crear vida, no para crear muerte, expresó.
Diversos sectores han expresado opiniones a favor y en contra de la aprobación del aborto, a través del proyecto de reforma del Código Penal, que cursa en el Congreso Nacional.
El viernes el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez afirmó que sectores poderosos, entre ellos organismos internacionales, a los cuales no identificó, estarían detrás de la aprobación del aborto, para lo cual, según dijo, tratan de comprar a legisladores.
Al respecto, el doctor Portes pidió a los senadores y diputados que le den un rechazo rotundo al citado proyecto de ley.
El doctor Portes rechazó los señalamientos de que en determinadas circunstancias podría aprobarse el aborto terapéutico, como cuando esté en peligro la vida de la madre, así como en casos de violación sexual o incesto.
Yo tengo que hablar en términos generales, y en términos generales oponernos al aborto. En determinadas circunstancias los médicos tendrán la responsabilidad, expresó el presidente de la Confraternidad Evangélica Dominicana.
Indicó que en la propia Biblia se citan casos en que la vida de la madre ha estado en peligro, y Dios ha escogido que el hijo viva, porque no ha tenido la oportunidad de vivir en este planeta, de cumplir el propósito de Dios.
Y le hago la pregunta a los legisladores, ¿qué hubiera pasado si a ellos los hubieran abortado? Porque me imagino que muchos de ellos posiblemente fueron concebidos como yo, como hijo natural, sin padre. Y mi madre pudo haber tenido razones de sobra, por su pobreza, para abortarme, explicó.
Portes significó que si su madre hubiese tomado esa determinación, él no estaría aquí, ni pudiera servirle a su pueblo ni a Dios.
Sostuvo que la ley es para vida, no para muerte, lo que, según señaló, debe ser tomado en cuenta por los legisladores.