Portugal todavía celebra su pase

Portugal todavía celebra su pase

GUETERSLOH, Alemania (AP).-  El aroma de sardinas, pulpo y filetes de cerdo a la parrilla inundó las afueras de la práctica de Portugal. Allí, los aficionados celebraron en grande la clasificación de su equipo a los octavos de final de la Copa del Mundo, su mejor desempeño en el torneo en cuatro décadas.

Unas 10.000 personas, en su mayoría inmigrantes portugueses y sus familias, abarrotaron las gradas de cemento del estadio de este pequeño pueblo en una tarde soleada y festejaron con platos típicos.

La práctica fue el día después que Portugal venció 2-0 a Irán y se aseguró un boleto a los octavos de final por el Grupo D. El equipo derrotó 1-0 a Angola en su debut, aunque en ese partido no lució su mejor nivel.

«Este es un sueño hecho realidad’’, dijo Artur Figueiredo, un mecánico de 49 años que vive desde hace 35 años en Alemania, donde se mudó con sus padres.

«Es un momento inolvidable’’, agregó mientras tomaba un sorbo de cerveza portuguesa y le daba una mirada al humo de las parrillas.

Cientos de miles de portugueses emigraron hacia el norte de Europa en la década de los 60 en busca de mejores condiciones de trabajo, y aunque la calidad de vida en Portugal ha mejorado, todavía muchos trabajadores salen a otros países.

La escena pintada en los alrededores del estadio se repite cada verano en Portugal, donde hinchas de todas las edades comen sardinas y filetes de cerdo con pan antes de los partidos de la liga portuguesa.

En sus dos últimos mundiales, 1986 y 2002, Portugal fue eliminado en la primera ronda a pesar de tener jugadores que se destacan en las mejores ligas de Europa.

Oscar Paes viajó casi dos horas con su esposa, hijo, hija y ocho amigos desde Duesseldorf, donde trabaja como administrador de un almacén.

Vestido con la camiseta de la selección, dijo que quiere animar al plantel para elevarlo a grandes logros.

«Nuestro primer partido no fue tan bueno como esperábamos y nos desanimamos. Pero después de ayer, estamos llenos de esperanzas’’, comentó. «Queremos que Portugal llegue hasta el final del torneo’’.

Dentro del estadio, las gradas estaban pintadas de los colores de la bandera portuguesa: rojo, verde y amarillo. Y los aficionados silbaban y sonaban cornetas, y aplaudían cada movida y gol como si se tratara de un partido real.

También cantaban «—Fi-go! —Fi-go!’’ para el capitán del equipo, y el coro «Nos (Nosotros) somos Portugal’’.

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