Posible prohibición peleas de gallos en P.Rico destapa el rechazo a práctica

Posible prohibición peleas de gallos en P.Rico destapa el rechazo a práctica

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San Juan.- La posible prohibición de las peleas de gallos en Puerto Rico a causa de un proyecto de ley en marcha en el Congreso en Washington destapa, a la vez, las denuncias de defensores de los animales ante una práctica que consideran inaceptable en el siglo XXI.

Eugenio Crespo, antiguo director de la Federación Protectora de Animales de Puerto Rico (FEPA), dijo hoy a Efe que mantener una cultura no puede justificar el maltrato a seres vivos.

Crespo, también director del Albergue de animales Villa Michelle, en Mayagüez, subrayó que todas las asociaciones de defensa de los animales en el territorio caribeño rechazan las peleas de gallos, por mucho que se trate de una práctica ligada a la cultura de la isla desde hace siglos.

“Las culturas son cambiantes”, indicó Crespo, para quien, por ejemplo, tampoco puede justificarse la fiesta de los toros por mucho que esté ligada a las costumbres de un país, dado el sufrimiento que supone para los animales.

“En Puerto Rico las peleas de gallos son un puro negocio escondido detrás de la cultura”, sostuvo, después de aclarar que su propio padre fue un criador en el isla de esa raza.

En cuanto a la teoría de que los gallos llevan en los genes la agresividad, sostuvo que no es cierto y que se trata de algo inducido por el hombre. La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la pasada semana un proyecto de ley sobre asuntos agrícolas que incluye en uno de sus apartados la prohibición de las peleas de gallos en Puerto Rico y los demás territorios del país norteamericano.

En mayo, la votación no obtuvo el suficiente apoyo, pero la pasada semana salió adelante con 213 votos a favor y 211 en contra. Dentro de ese proyecto de ley se incluye la enmienda que busca prohibir la tradición de las peleas de gallos en Puerto Rico y los demás territorios de EEUU, la cual fue aprobada mayoritariamente.

La otra cámara legislativa del Congreso de EE.UU., el Senado, es la que deberá ahora ratificar una iniciativa que crea gran inquietud en la isla caribeña. La industria, que incluye a criadores, empleados de galleras y el sector de su alimentación, suma cerca de 30.000 personas y un volumen de negocio anual cercano a los 80 millones de dólares.