Los irrefutables logros presentados por el presidente Danilo Medina en su penúltima rendición de cuentas del actual mandato, son señales inequívocas de que el país va por buen camino, pero siempre hay aspectos que tienen que ser mejorados como el de la inseguridad ciudadana. El aumento salarial a empleados y jubilados es una medida justa y también las llamadas pensiones solidarias.
Nadie en su sano juicio puede negar el sostenido crecimiento de la economía, convertida en la más pujante del continente, igualmente del turismo, las zonas francas, remesas, la fortaleza del sistema financiero nacional, y la reducción de la pobreza.
Tampoco, si se actúa de manera objetiva y desapasionada, se puede ignorar los grandes beneficios del 9-1-1, extendido a una buena parte del país, la revolución educativa con la tanda corrida, inauguración de escuelas, las visitas sorpresa, modelo reconocido por la FAO, la construcción y rehabilitación de hospitales, las estancias infantiles, centros de diagnósticos, el programa de reforestación, República Digital, entre otras obras.
Existen razones para el optimismo, aunque quedan muchos problemas por solucionar, pues vivimos en una nación con carencias y precariedades ancestrales, con una cultura que incentiva la violación de normas elementales como las leyes de tránsito, el correcto depósito de los desechos sólidos como la basura, preservación del medio ambiente y otros vicios que tendremos que superar para arribar a una sociedad verdaderamente civilizada.
Los resultados de la rendición de cuentas expuestos por el Presidente Danilo Medina ante la asamblea Nacional lo consagran como la gestión gubernamental más fructífera de los últimos tiempos, por cuanto el porvenir del país es halagüeño, independientemente de las sombras que se interponen en el espinoso camino de dirigir una nación en medio de un mundo lleno de tensiones, amenazas e inestabilidades.