Posó desnuda actriz que se inventó carrera en Hollywood

Posó desnuda actriz que se inventó carrera en Hollywood

El escándalo de la actriz Anna Allen sigue dando de qué hablar. Después de destaparse todas las mentiras de la que fue novia de Toni Alcántara en Cuéntame, las sorpresas que giran en torno a la vida de la catalana siguen apareciendo.

Mientras sus compañeros de reparto estos últimos años se muestran preocupados por las últimas informaciones, los diarios españoles siguen descubriendo capítulos de la vida de la actriz bastante sorprendentes.

Según publica La Otra Crónica, Anna Allen fue portada de la revista Playboy en el año 1999. Bajo el pseudónimo de Anuska, la revista mostraba a una Anna Allen completamente desnuda y con muchas aspiraciones de convertirse en artista.

 

Pero no ha sido esta la única sorpresa del pasado de la actriz española que ha destapado el diario El Mundo. Precisamente esta portada fue utilizada en el juicio contra un hombre al que Anna Allen acusó de violación. Manel Ortega conoció a Allen en el año 1995, cuando la actriz solo contaba con 18 años. Después de un encuentro sexual que mantuvieron en los baños de un local, Manel Ortega no volvió a saber más de la joven hasta tres años después, y lo hizo a través de una denuncia.

Anna Allen llevó a Ortega a juicio asegurando que él la había forzado y que la había perseguido en varias ocasiones. Presentada durante el proceso judicial como una mujer pudorosa, el abogado de la joven la recuerda como «una mujer conflictiva, con una familiia muy desestructurada, y con una mente algo turbia», según explica LOC.

Así lo afirma una publicación del portal lavozdegalicia.com, medio que explica que la polémica portada de Playboy, que descartaba la imagen pulcra que la actriz se había esforzado en mantener, así como la tardanza en interponer la denuncia y la inconsistencia de algunas de las declaraciones de Allen, fueron argumentos suficientes para que el fiscal finalmente no diera por cierta la teoría de la violación y desestimara la acusación.

«No he visto a nadie llorar tanto en mi vida. Lloraba mucho pero no derramaba ni una lágrima», recuerda el letrado de Allen, quien llegó a pedir para Ortega, nueve años de cárcel y una compensación económica de cinco millones de pesetas.

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