Rancho Arriba es una comunidad esencialmente agrícola perteneciente a la provincia San José de Ocoa, habitada por gente trabajadora, con abundantes recursos naturales, pero la falta obras y servicios imprescindibles para salir del aislamiento en que encuentra y aprovechar el tremendo potencial económico y ecoturismo de la zona,.

Tiene aproximadamente 22,600 habitantes, gente buena y trabajadora, dueña de uno de los valles intra montanos más hermosos y menos contaminados de la cordillera central, dotada de abundantes recursos naturales y bellos paisajes, parecida a un paraíso terrenal en República Dominicana.

Enclavada justo en la mitad del trayecto más cercano de la vía terrestre que comunica las regiones Cibao y Sur del país. Se encuentra aislada y abandonada; sin dolientes en el Estado, pocas organizaciones o instituciones que luchen para cambiar su situación actual y crear perspectivas optimistas para el futuro.

Pero hay esperanza, motivados en cambiar esa triste realidad, un grupo de ranchoarribenses y de amigos de éstos, han iniciado pasos para conformar un movimiento que sensibilice a las autoridades, a la opinión pública y a todos los sectores sensatos, en favor de obtener del Gobierno la reconstrucción de la carretera que une a Rancho Arriba con Piedra Blanca hacia el Norte y San José de Ocoa hacia el Sur.

La reconstrucción de este tramo carretero, de aproximadamente 50 kilómetros, que estuvo pavimentado entre 1970 y 1974, ha sido prometido por todos los gobiernos de los últimos 30 años. Incluso el actual en más de una ocasión prometió hacerlo «aunque fuera joseando».

El tiempo ha pasado y la falta de esta obra, al igual que la inexistencia de un sistema de teléfonos, con líneas o paneles solares, como se ha hecho en otras comunidades rurales más apartadas, se han convertido en las principales causas del aislamiento, atraso económico y emigración masiva que afecta a Rancho Arriba.

Esta comunidad tiene otras necesidades básicas y elementales, como la de disponer de infraestructura productiva y social: una presa y canales de riego, un centro de formación técnico vocacional, agroindustrias para procesar sus productos, creación de un centro de extensión y asistencia técnica para apoyar, fomentar y promover una agricultura ecológica en el valle para el mercado local y la exportación.

La gente de Rancho Arriba necesita levantar su autoestima, con los medios, condiciones y facilidades que le permitan desarrollarse y permanecer en su lugar de origen; saber que dispondrá de infraestructura productiva, vías terrestres adecuadas, teléfonos, centros educativos, sanitarios, culturales, deportivos y recreativos, como otras comunidades del país; saber que alcanzará un futuro lleno de esperanza y una vida digna.

Esta gente tiene ganas de luchar y quiere vivir en su comunidad; tener derecho a desarrollar sus iniciativas económicas, empresariales, profesionales y sociales; tener la oportunidad de disfrutar de las bondades y recursos naturales con que el Creador le dotó; poder acceder a los servicios y beneficios del progreso.

Para conseguir esas cosas se están coordinando esfuerzos para sembrar la semilla de la solidaridad, la concertación, la colaboración, la unión de esfuerzos y voluntades, para conseguir el apoyo local, nacional e internacional que permita lograr la satisfacción de las principales necesidades, crear las condiciones de un mejor presente y futuro para Rancho Arriba y las comunidades vecinas.

Se trata de un esfuerzo de carácter comunitario en pro de sacar a Rancho Arriba del atraso económico, que no asumirá filiación ni compromiso político partidista con nadie. Su objetivo, interés y compromiso es trabajar de una manera solidaria, sistemática y perseverante para que la comunidad progrese y avance hacia el desarrollo.

En el corto plazo, los objetivos son dos: la reconstrucción de la carretera Piedra Blanca Rancho Arriba, un tramo de solo 28 kilómetros y que se continué esa vía hasta empalmar con la comunidad de Nizao de Ocoa, de 22 kilómetros más, en la cual este Gobierno ha venido trabajando lentamente durante los últimos tres años.

El otro objetivo es lograr la instalación de un sistema de teléfonos rurales, sea con tecnología solar que pudiera ser financiado por instituciones que han puesto a funcionar sistemas similares en otras zonas más apartadas, o mediante líneas desde Juan Adrián o Sabana Larga, cuya inversión puede hacerla una de las compañías telefónicas que operan en el país y vender el servicio.

Trabajar en procura de lograr estos dos objetivos y otros de más largo plazo, justifica la coordinación de este esfuerzo, que está llamado a convertirse en un doliente directo e instrumento promotor del desarrollo, que eleve la autoestima de la gente de estas comunidades.

En este sentido, se invita a todos los ranchoarribenses a asumir la idea de unir esfuerzos, voluntades y voces, a integrarse y participar, especialmente quienes tienen intereses económicos, tierras, empresas, negocios, cultivos, viviendas o crianzas de animales en la zona, cuyo valor aumentará con estas obras, abriendo las oportunidades de progreso para todos.

[b]POTENCIAL AGROPECUARIO[/b]

La parte llana de este valle y su entorno tiene aproximadamente 35 mil tareas aprovechables en actividades agrícolas; es bañado por varios ríos que nacen en las montanas próximas, entre ellos Nizao, Yuna, Banilejo, Arroyo Caña, Arroyo Blanco y

Mahoma.

Las tierras de este valle son de las mejores del país, pues están conformadas por suelos aluvionales, una espesa y profunda capa vegetal acumulada durante millones de años fruto de los sedimentos arrastrados por las aguas desde las montanas, depositados y mezclados con materiales de especies vegetales y orgánicos.

Se trata de uno de los valles agrícolas más sanos y libre de elementos contaminantes, pues los efectos residuales de la Revolución Verde, del uso masivo e indiscriminado de productos agroquímicos, no se ha generalizado y todavía no forman parte de la cultura productiva de la zona.

En las montañas de Rancho Arriba hay aproximadamente 45 mil tareas del mejor café de altura de hasta 2,250 metros, logrando rendimientos promedio de tres quintales por tarea, a lo que se suma el valor ecológico de este cultivo. Aquí Induban tiene uno de los viveros de café con más avanzada tecnología del país.

Asimismo, esta zona es especial para el desarrollo comercial de la fruticultura, pues existen pequeñas plantaciones de aguacate, zapote, guayaba, naranja, toronja, limón persa, mandarina, granadillo y chinola.

El microclima predominante en Rancho arriba es verdaderamente maravilloso, con una frecuencia de lluvias distribuida casi uniforme durante la mayor parte de los meses del año, lo cual es acompañado de una temperatura ambiental muy agradable, que promedia lo 18 grados centígrados. El valle está situado a 720 metros sobre el nivel del mar.

Desde el punto de vista de la dotación de recursos naturales, de la poca contaminación ambiental, pudiera decirse que Rancho Arriba está enclavado sobre un paraíso terrenal que apenas ha sido descubierto incluso por sus propios habitantes, muchos de los cuales parecen desconocer el valor de lo que tienen.

En el valle se cultiva habichuela, maíz, ajíes, tomate de mesa, pepino, repollo, arroz, batata, yuca y otros, lo que pone de manifiesto la calidad de sus suelos, la capacidad y vocación de trabajo de sus agricultores, quienes necesitan asistencia técnica en la producción, gerencia, organización, información empresarial y comercialización, para lograr una agricultura competitiva que les beneficie ellos, sus familias y a la comunidad.

Se busca que la actividad agropecuaria, principal fuente de ingreso local, no sea una actividad de pobreza, si no una actividad que quien la realice pueda satisfacer sus necesidades básicas, mejorar su calidad de vida y acceder al disfrute de las facilidades, servicios y beneficios de una sociedad humana justa y equilibrada.

En este valle hay radicados aproximadamente 360 agricultores, la mayoría de ellos asentados en dos proyectos de la Reforma Agraria, cuyos miembros disponen de una parcela con una extensión que oscila entre 30 y 40 tareas, superficie que explotada con criterios comerciales, con financiamiento oportuno para la adquisición de material de siembra, insumos y tecnología, podría servir de base para sostener la economía familiar.

Este esfuerzo requiere apoyo de la comunidad, el gobierno e instituciones nacionales y extranjeras, para preparar una estrategia con propuestas concretas orientadas a facilitar la toma de decisión y ejecución de acciones, tales como identificar los proyectos de infraestructura productiva y los cultivos agrícolas con mayor potencial para su fomento en el valle.

Preliminarmente se ha identificado la necesidad de construir un sistema de riego que incluya una pequeña presa para garantizar la disponibilidad de agua durante los períodos secos; drenaje para evitar las inundaciones; canales primarios, secundarios, terciarios, así como caminos vecinales de comunicación internos.