Powell llega de sorpresa a Irak;
soldados de EU matan 13 iraquíes

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BAGDAD (AFP).- El secretario de Estado estadounidense Colin Powell llegó el viernes a Bagdad en una sorpresiva visita, en momentos en que en Irak aumenta la violencia con enfrentamientos sangrientos en Faluya y cuando hay siete rehenes en peligro de ser ejecutados por sus secuestradores a las 15H00 GMT del sábado.

   Powell, que llegó procedente de Kuwait, es el más alto responsable estadounidense que llega a Irak desde que los norteamericanos traspasaron el poder a los iraquíes el 28 de junio.

   El jueves, el secretario de Estado se había reunido en Arabia Saudita con el primer ministro iraquí Yyad Alawí, que también estaba de visita en el reino. Powell había calificado de «interesante y bienvenido» un proyecto saudita para enviar a Irak tropas de paises musulmanes.

   Powell debía reunirse con responsables iraquíes y estadounidenses durante su visita a Bagdad.

   A 50 kilómetros al oeste, en Faluya, en la noche del jueves al viernes, los enfrentamientos entre marines y rebeldes y un ataque aéreo estadounidense en un sector del sureste de esta ciudad rebelde, costaron la vida a 13 iraquíes y dejaron heridos a otros 13, según fuentes hospitalarias.

   Por su parte, el ejército estadounidense confirmó un ataque aéreo de apoyo a las fuerzas terrestres durante la noche en Faluya, a 50 km al oeste de Bagdad.

   La artillería, con apoyo de aviones de la Fuerza multinacional, disparó contra los insurgentes que se refugiaron en inmuebles situados al límite oriental de la ciudad después de ataques de una posición de los marines.

    Los marines replicaron al ataque con tanques y disparos de artillería, según lo informado por el ejército de Estados Unidos, que precisó que no había ninguna víctima en sus filas y «ninguna información sobre bajas entre los insurgentes».

    El jueves en la noche, habitantes de Faluya habían indicado que aparatos de la coalición habían bombardeado una «vivienda» del barrio Chuhada.

   En las últimas semanas, el ejército estadounidense lanzó varios ataques en Faluya, indicando cada vez que su objetivo eran refugios del islamista jordano Abú Musab Al Zarqaui, designado por Estados Unidos como el enemigo público número uno en Irak.

   En relación a la crisis de los rehenes que no cesa de agravarse, el «Ejército islámico secreto – Brigada de las banderas negras», que tiene en su poder a siete choferes extranjeros, postergó la fecha del ultimátum amenazando «degollar a un rehén indio» el viernes a las 15H00 GMT si sus demandas, entre las cuales la salida del país de su empleador kuwaití, no eran satisfechas.

   El nuevo ultimátum vence el sábado a las 15H00 GMT.

   La autenticidad del texto no se pudo probar, pero la cadena de televisión Al-Arabiya difundió un vídeo del mismo grupo transmitiendo el mismo ultimátum. Tres indios, tres keniatas y un egipcio fueron secuestrados el 21 de julio.

   Un jefe tribal iraquí designado por los secuestradores de los siete choferes llamó al grupo a aplazar la ejecución del rehén.

   Islamistas que dijeron formar parte del «Grupo de la muerte» reivindicaron el secuestro de cuatro jordanos para denunciar el «apoyo» de su gobierno al ocupante estadounidense, en un vídeo difundido por Dubai Televisión.

   La cadena Al-Jazira dio cuenta del secuestro de un somalí, un chofer de camión, por el grupo de Abú Mussab al-Zarqauí que amenaza con decapitarlo si su empleado kuwaití no abandona el país en 48 horas.

   Dos rehenes paquistaníes fueron ejecutados esta semana por sus secuestradores.

   Por otra parte, la Conferencia nacional prevista para el 31 de julio y que se supone debe iniciar la marcha de Irak hacia un sistema político representativo fue postegarda de 15 días por demanda de la ONU que deseó asociar a un mayor número de partidos iraquíes.

   Los partidarios del jefe chiíta radical Moqtada Sadr, que afirma representar una buena parte de la mayoría chiíta, decidieron boicotear la conferencia, y el proceso de selección de los mil delegados han estado marcado por numerosas controversias.

   El jueves, Powell trató de restar importancia a esta postergación, estimando que esta decisión «prudente» permitirá preparar mejor la conferencia.

   De su lado, Arabia Saudí decidió normalizar sus relaciones diplomáticas con Irak y reiteró su promesa de entregar una ayuda para reconstrucción de mil millones de dólares.

   Por otra parte, la OTAN seguía en un atolladero, a pesar de las últimas negociaciones del jueves, para tratar de conseguir un acuerdo sobre las modalidades de su decisión de entrenar las fuerzas de seguridad iraquíes. París y Washington están en desacuerdo sobre la comandancia de esta misión.

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