PPH no es PRD

PPH no es PRD

Conforme el pensamiento del doctor José Francisco Peña Gómez, «la pérdida de popularidad del gobierno y en parte del Partido se debe a dos razones: unas naturales y exógenas, las que derivan del desgaste del poder y las dificultades que nos crea la inflación mundial, pero otras son causadas por nuestros errores, por el desbordamiento de nuestras ambiciones, el olvido de algunos compromisos y la falta de principios de algunos compañeros y funcionarios cuyas faltas se enrostran a toda la familia perredeísta».

La elocuencia y profundidad de los conceptos emitidos por nuestro líder, cuando tuvo que enfrentar las ambiciones reeleccionistas desatadas durante el gobierno del compañero Don Antonio Guzmán, parecen haber sido elaborados para enjuiciar la situación vivida por el glorioso Partido Revolucionario Dominicano, cuando fruto de los mismos males hemos sido desplazados del poder, a pesar de lo cual, con fines perversos se pretende imputar el fracaso electoral a su presidente, compañero Hatuey De Camps.

Nada más falso, imprudente y torpe que responsabilizar de la derrota y acusar de traidor a quien como el licenciado Hatuey De Camps ha asumido con valor espartano, sin importar los sacrificios que ello implica, la defensa irrestricta de los principios que sirven de fundamento a nuestra organización política.

La verdad es que tras esa odiosa acusación y posterior «expulsión del Partido» se oculta una conducta vil y desleal encaminada a descartar como precandidato en la venidera campaña electoral del 2008, a quien ha salido fortalecido de la dura contienda antireeleccionista.

Saben que no pueden competir con posibilidades de éxito, contra Hatuey De Camps, quienes arrastraron al presidente Hipólito Mejía y al PRD a una derrota humillante; quienes han hecho uso de toda clase de recursos ilegales para imponer sus desmanes; quienes han sido rechazados por la sociedad por su incoherencia y debilidad mezquina; quienes violaron el sagrado e histórico principio de la no-reelección. Todos ellos están destinados a sufrir la condena popular hasta tanto no tengan el valor de rectificar.

Lo que requiere el doloroso y peligroso momento que vive nuestro querido partido es la unidad basada en la autocrítica de quienes actuaron mal por equivocación o por mala fe, para que luego de purgar sus faltas o maldades se puedan reintegrar al partido y gozar de su respeto y confianza a la vez que incorporarse a los trabajos por instaurar un régimen de gobierno compartido.

Es lamentable que algunos compañeros y compañeras a quienes el pueblo distinguía y apreciaba, por tenerlas como personas leales a los principios y postulados establecidos por nuestros mártires y por nuestro líder ido a destiempo, hayan desertado de esas posiciones; hayan degenerado políticamente convirtiéndose en instrumento de3 la agresión sucia contra quienes sin dobleces ni claudicaciones de ninguna especie han mantenido vivas y encendidas como antorcha iluminante34 las directrices de José Francisco Peña Gómez, única forma de conducir a nuestro pueblo por rutas de desarrollo, progreso y paz.

Ojalá Vicente, Fello y Milagros y quienes les acompañan en sus actividades antipartido, puedan purgar a tiempo sus culpas y recuperar el brillo que otrora les adornó, observando una conducta fiel, digna, y decorosa, útil a los intereses del partido, la democracia y el pueblo dominicano; todo lo cual nos llenaría de alegría, fuerza y la seguridad de que pronto retornaremos al poder y cumpliremos con la misión histórica que nos ha sido confiada, generación tras generación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas