El Gobierno de Puerto Rico ha estado tomando un conjunto de medidas previsoras para que su país esté mejor preparado que el año pasado en caso de que se produzca un un periodo de sequía similar al de 2015.

Después de la experiencia vivida en la isla en 2015, los puertorriqueños han cobrado mayor conciencia y se están acostumbrando «a vivir con menos agua».

Actualmente la población está consumiendo 44 millones galones diarios menos de agua que el año pasado.

Aunque se espera más actividad de lluvia para este año, el consumo y los abastos de agua están en mejor posición, si vuelve a cambiar el pronóstico por segundo año consecutivo.

«Nos sentimos más preparados para recibir la temporada seca», expresó Alberto Lázaro, presidente ejecutivo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), según publica el diario El Día.

En el caso del embalse Carraízo, que tuvo el nivel más bajo durante la sequía, en la actualidad se extraen 75 millones diarios, 15 menos que los 90 millones que diariamente se sacaban de esa represa hace un año.

«Eso significa que vamos a tener más agua durante el tiempo seco, de darse una sequía», sostuvo Lázaro.

El funcionario explicó que han logrado la reducción de extracción a través del control de presiones y la reparación de salideros. Destacó que han reducido los salideros en un 10% en los últimos años.

Asimismo, aseguró que el plan de preparación para la época seca ha sido la activación de 26 pozos que añaden al sistema 10 millones de galones para mitigar, en caso de que se registre una sequía. Añadió que hay otros 30 pozos que se podrían activar posteriormente. En cuanto a mejoras capitales, Lázaro dijo que por el momento no tienen planificado realizar un dragado profundo, ni de orilla, debido a que resulta más «costo efectivo» los ajustes operacionales que han realizado.

A largo plazo, en cambio, expresó que identificaron 37 combinaciones de proyectos para incorporar en los próximos años a las mejoras capitales de la AAA.

No obstante, Lázaro advirtió que el año pasado comenzó más lluvioso que el 2016 y se esperaba una actividad más húmeda, pero que todo cambió desde marzo del 2015 hasta llegar a un periodo de sequía que todavía se siente en el 43% de la Isla. «Ahora estamos aquí, está lloviendo y el embalse está lleno, pero no podemos bajar la guardia”, indicó.