No poca gente considera que es ahora cuando se ha impuesto la moda de brincar de un partido a otro con la facilidad con que nos cambiamos de camisa. Sin embargo, el asunto viene desde los orígenes de nuestra vida republicana, como lo demostró Juan Isidro Jimenes Grullón en su obra El mito de los Padres de la Patria.
La documentación existente desmiente el criterio de que esta práctica es el resultado del establecimiento del 50 por ciento más un voto para ganar las elecciones presidenciales, decidido en 1994. Por ejemplo, en el año 1971 se produjo un acuerdo entre la dirección del Movimiento Popular Dominicano, de orientación marxista, y Elías Wessin y Wessin, de derecha, con el propósito de propiciar un golpe de Estado revolucionario contra Joaquín Balaguer.
En esto de los acuerdos y alianzas electorales el doctor José Francisco Peña Gómez y Joaquín Balaguer fueron los líderes más prolijos. Peña Gómez llevó como su candidato a la vicepresidencia de la República en los años 1994 y 1996 a Fernando Álvarez Bogaert, uno de los más prominentes dirigentes del reformismo. En dos ocasiones suscribió acuerdos con Wessin y su partido.
Juan Bosch fue más selectivo en este asunto. Y nos viene como de anillo una carta que envió el 5 de enero de 1964, desde Río Piedra, Puerto Rico, al señor Antonio Martínez Francisco, a la sazón secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, en la que trata sobre el interés de don Luis Amiama Tió en llegar a un acuerdo con ese partido.
Después de reconocer que En el orden personal, don Luis Amiama Tió es mi amigo y afirmo que es un hombre cordial, atento, colaborador, inclinado a servir a sus amigos y conocidos, Bosch dice que el asunto no era de carácter personal sino político.
Y más adelante explica:
El PRD es un partido político que alcanzó el poder por la vía legal del voto y fue echado del poder por la vía ilegal del golpe de Estado. Don Luis Amiama Tió figura entre las personas que firmaron el acta del golpe de Estado. Un acuerdo del PRD con el partido que preside don Luis Amiama Tió le parecería al pueblo un acuerdo entre golpistas y golpeados, y eso significaría pérdida de prestigio popular del PRD y por tanto nos perjudicaría
Así pensaba Juan Bosch, sin dejar de ser práctico, como lo demuestra la manera en que venció la resistencia de Rafael Tomás Fernández Domínguez, quien se negaba a utilizar un avión de matrícula norteamericana para llegar al país durante la revolución del 1965.
Las alianzas son pasos tácticos que los líderes deben de saber dar. A veces proporcionan compañeros de ruta y en ocasiones compañeros de destino. La militancia y simpatía política son, en cambio, el ejercicio de un derecho que cada quien ejerce a su manera. En ambos casos solo nos queda esperar que se actúe con decencia y sobre la base de ciertos principios.