Narra la historia del antiguo Israel que en el período de los jueces, específicamente durante la dirección   del gran guerrero Gedeón, enemigos de la estabilidad social y económica de ese pueblo ingresaban de forma abrupta y reincidente al territorio judío con la única y ya conocida intención de saquear y destruir todo lo que encontraran a su paso. Se trata de los madianitas, quienes a pesar de ser descendientes de Abraham por la línea de su hijo Madián, eran también irracionalmente hostiles con sus hermanos israelitas del mismo árbol genealógico abrahámico por la vía de Isaac.

Es bueno recordar que los madianitas no siempre fueron promotores del caos y el desorden, de hecho Jetro el suegro de Moisés era sacerdote de Madián y muchos años antes de Gedeón, orientó al libertador hebreo respecto a importantes procedimientos en la administración pública. Sin embargo, en algún momento de la historia este pueblo de pastores y trabajadores agrícolas perdió su rumbo y al mismo tiempo su razón de ser, para convertirse en el mayor dolor de cabeza para una nación, que como Israel, tan solo quería seguir “tranquila”.

Es mucho el parecido entre los antiguos madianitas y el actual PRD, pues a pesar de este último haber sido fundado por el más digno de todos los políticos dominicanos y bajo su liderazgo ser la organización restauradora de la democracia, el mismo don Juan abandona las filas de ese partido por entender que el mismo se había convertido en una estructura caótica y promotora del anacronismo político y administrativo en la República Dominicana.