PRD y PLD: la revolución y la liberación ¡Ahora es!

PRD y PLD: la revolución y la liberación ¡Ahora es!

El PLD y el PRD tienen ahora el momento histórico esperado. El PLD, en primer término, tiene lo más anhelado y soñado por cualquier patriota, visionario, transformador o revolucionario: El poder político y económico, ¡juntos!

Ha llegado, pues, el momento, y tienen el momentun. ¿Cuál mejor que este? Es la mejor hora. ¿Qué podría detenerlos? Acaso la falta de ideología.  No es cierto. La revolución y la liberación son dos conceptos en permanente  aggiornamento. Hay un horizonte claro hacia dónde se debe ir, porque es demasiado ostensible que lo primero que nuestro pueblo necesita es que lo liberen del hambre y la ignorancia. ¿Qué más revolucionario y liberador que ello? O sea, que aunque en algunos lugares del planeta las ideologías no sean relevantes, aquí queda mucho terreno para un izquierdismo razonable e inteligente, el mismo que el cualquier lugar estará siempre del lado de los menos favorecidos, de los excluidos y apartados, y asimismo, del lado de la defensa del medio ambiente y de los bienes culturales que nos unifican y nos sirven de base para tener una “identidad sustentable”.

 ¿Qué más auspicioso que un  PRD arraigado en las masas de Peña Gómez, haciendo una oposición de altura, promoviendo  la justicia y la transparencia, con elegancia y buen sentido, hablando en mismo lenguaje paterno que el partido oficialista. Una oposición briosa y responsable, a cargo de líderes nacidos del pueblo.

Si algo frustró los anteriores intentos de transformar el país fueron las oligarquías tradicionales, en contubernio con fuerzas imperiales. Ya esas fuerzas no tienen el poder hegemónico de antaño. Sobre todo, contamos con un gobierno que reúne las fuerzas del partido y de empresas, la acumulación de poder y riqueza que, una vez puesta al servicio de la causa, harán realidad el sueño boschiano.

El debate político puede contar todavía con figuras simbólicas, respetables, viejos robles, frondosas amapolas, valiosos educadores de la acción política civilizada. ¡La decencia al poder!

¡Enhorabuena! Saquen de Bosch, y del buen Dios que nos ha dado este puñito de tierra tan bello, donde todos nos conocemos y  somos como familia, y de muchas maneras nos amamos.

Es posible que algunos de ustedes, en la carrera por el poder y la riqueza, se hayan olvidado de cuál era el Plan Original. De Trujillo y de otros que tuvieron la posibilidad, se lamenta es que no asumieron con cabalidad el darle transformar este país, habiéndoles  tan solo abierto el deseo de bienestar y de justicia que nunca les satisficieron.

Dudo que hallen perdón aquí o en la eternidad los que pudiendo no lo hicieron. Ya tienen el poder y la riqueza, procuren ahora la grandeza.  Y que Dios los ilumine, los convenza de Justicia y de Juicio… de Misericordia y  Amor.

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