Precario cese al fuego Hamas-Israel

Precario cese al fuego Hamas-Israel

KFAR SABA (ISRAEL). La lluvia de cohetes disparados por los militantes del Hamas hacia Israel ha cesado, las mortales incursiones de los aviones israelíes sobre la Franja de Gaza han sido descontinuadas: impera un alto al fuego, que circunstancialmente ha detenido esta nueva guerra episódica entre Hamas e Israel, que ha costado, al primero, más de 2,000 muertos y la destrucción de su ciudad, y a los segundos, menos de 70 víctimas y el creciente descrédito internacional.

Pero el silencio provisional de las armas, de duración indefinida y alcanzado debido a la intensa mediación de Egipto –y de Jordania a última hora-, es tan precario, que mantiene un nervioso estado de alerta entre ambos enemigos.

Hamas, un grupo definido como terrorista por la comunidad internacional, gobierna la Franja de Gaza desde hace siete años. Su aspiración, según sus estatutos y dirigentes, consiste lograr la destrucción del Estado de Israel apelando a la Yihad, la guerra santa.

Para ello han logrado un impresionante arsenal de armas, financiadas, según se afirma en el Medio Oriente, por países y grupos diversos como Arabia Saudita, Turquía e Irán y movimientos como el Estado Islámico y el Hezbollah, ocupados ahora el primero en controlar el territorio iraquí y el segundo enzarzado en el conflicto de Siria.

Dicho arsenal, que incluye misiles de largo alcance, es utilizado principalmente para hostilizar y lanzar ataques masivos hacia las ciudades fronterizas del Estado hebreo, quien mantiene, desde la fracasada intifada palestina del 2003, un asfixiante bloqueo económico contra los 3 millones de habitantes de la Franja de Gaza.

¿Hasta dónde se extenderá la actual tregua? ¿Conducirá a la apertura de negociaciones de paz? ¿Es posible una solución militar que arrase al Hamas, salvando la Cisjordania palestina de Mahmoud Abbas?

Nadie tiene respuestas, pero todos están atemorizados.

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