Conforme a la “marca de fábrica”, los Fadul son personas de comprobado talento, y tres de sus hermanos, Ernesto, Rosita y José Ramón  (Monchi) son reconocidos como expertos en las lides políticas, no así Pedro, ido a destiempo, educador medular, interlocutor fulgurante de verbo en torrentera.

Revuelo ha habido en los últimos días porque Monchi, titular de Industria y Comercio, elevó los precios de los combustibles, cuando un reporte de EFE fechado en Nueva York el 13 del presente mes, situaba el precio del barril de petróleo a US$37.59.

El cable noticioso acotaba que la baja coincidía con el avance del dólar frente al Euro y otras monedas “duras”, y Monchi ha reiterado en varias ocasiones que los precios de los combustibles en nuestro país se rigen por la publicación de la revista Platts Oligram Report, que se edita cada miércoles en Houston, Texas, y que a su vez concretizan el mercado NYMEX de Nueva York.

Pero Monchi fue mucho más explícito, que en temática pocos Fadul pierden, y acotó que el resultado de fijar los precios que motivaron quejas, también obedeció a honrar un compromiso de RD$1,900 millones con la Refinería de Petróleo Dominicana, Mundogas y Coastal, remanentes de una deuda por RD$3,900 millones, y añade el suscrito que de no hacerse de esa manera, entonces es menester recurrir a un préstamo, y ahí también no pocos entonan a coro un alarido.

Es decir, palo si bogas y palo si no bogas. Porque el morbo de cierta porción criolla radica en colocar siempre a los gobiernos como la arepa, candela por abajo y candela por arriba, para que apure la cocción, en este caso, el repudio.

“La ley se aplica como tal cual”, ripostó Monchi, inteligente, estratega, secundador de su mandante, invitando a los escépticos a pasar por su cartera para edificarse y no ser borreguil coro de interesados.