Prédica y ejemplo

Prédica y ejemplo

El Presidente Leonel Fernández  detalló anoche un plan de ahorro de combustibles y electricidad, así como de fomento al uso de energías alternativas, que tiene por finalidad amortiguar el efecto que para la economía nacional tienen las constantes alzas de los precios del petróleo.

El Presidente habló de adquisición por parte del Estado de las acciones de Shell en la Refinería Dominicana de Petróleo para poder aprovechar todo el volumen de petróleo que garantiza el acuerdo Petrocaribe, restricción del uso de gas licuado de petróleo subsidiado en vehículos privados, fomento del uso de gas natural en el transporte  disposiciones que ya estaban vigentes en materia de ahorro de energía en las instituciones públicas.

En fin, el Gobierno ha retomado y adaptado muchas de las medidas de ahorro que había dispuesto y que no se han cumplido, y ha adicionado otras que persiguen fomentar el ahorro por diversas vías, también en coordinación con el sector privado.

Hay que entender que el país está en una coyuntura difícil por unas  alzas petroleras que no dan indicios de que vayan a detenerse.

Las circunstancias, pues, aconsejan medidas de ahorro y algo más que eso: voluntad política para cumplirlas y hacerlas cumplir.

En el pasado se adoptaron muchas de las medidas que se están retomando en esta ocasión, pero su cumplimiento fue nulo inclusive desde el propio Gobierno.

Nos parece que el esfuerzo mayor que debe hacerse es que cada una de estas disposiciones se cumpla y rinda los efectos esperados sobre la factura petrolera.

De no hacerlo, estaríamos tirando por la borda las bondades alcanzadas en la economía nacional y nos colocaríamos en la perspectiva de volver a caer en una crisis quizás peor que la superada hace poco.

El Gobierno debe ser el primero en hacer respetar las restricciones en el uso de gas licuado subsidiado para vehículos privados de gran consumo, debe vigilar porque se cumplan las disposiciones de ahorro de energía en el sector público y coordinar acciones para que se haga otro tanto en el sector privado, debe materializar el anuncio de organizar el tránsito y diferirlo para evitar congestionamientos.

 Cada dominicano debe asumir el compromiso de respetar estas disposiciones, pero al Gobierno le corresponde predicar con el ejemplo.

 Un acto de salvajismo

La muerte del taxista Catalino de la Cruz a manos de José Mateo Mateo, un agente de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) que desbordó el marco de su autoridad hasta caer en el salvajismo, se suma a los factores que deberían motivar una revisión del tipo de mentalidad que caracteriza a estos servidores.

No es por casualidad que de manera generalizada se atribuye a los agentes de AMET una conducta prepotente y grosera. Ese es el perfil de agresividad que frecuentemente exhiben cuando les toca ejercer la autoridad.

El hecho de disparar dos veces contra un hombre, en las circunstancias que lo hizo este agente, pone de manifiesto una inclinación criminosa que no puede encajar en el uniforme de una autoridad.

La Justicia debe hacer su papel en este caso. AMET debe actuar para cambiar el perfil de agresividad que caracteriza a sus agentes.

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