Predicado sin sujeto

Predicado sin sujeto

La nada es algo sobre lo cual siempre se ha discurrido; los teólogos afirman que Dios hizo el mundo a partir de la nada. Los escolásticos emplearon mil veces la expresión: creación “ex- nihilo”, esto es, hecho desde la nada, en lengua latina. Sartre escribió un tratado en tres tomos titulado “El ser y la nada”. Quiere decir que los filósofos antiguos, medievales y modernos, se refieren continuamente a la nada como contraparte del ser, como una suerte de claroscuro entre lo que es y lo que no es. Martin Heidegger y Miguel de Unamuno no escapan a esta tradición “nadificante” del pensamiento occidental.

De todo esto se sigue que la nada viene a ser un predicado sin sujeto. Algunos teóricos de la cosmología sostienen que cada galaxia tiene su propio régimen gravitatorio, una organización física y astronómica particular, congruente con el tiempo transcurrido desde su nacimiento. Si en vez de un universo solitario, hubiese varios universos paralelos, superpuestos, imbricados o alternativos, tendríamos diversas nadas de las que surgieron esos mundos. Cada uno de ellos reclama una nada “contraconceptual”, que se oponga a la realidad ontológica de su existencia cósmica. Estas nadas, entonces, constituirán un género -el género de las nadas-. Pero sería un género del cual no podríamos mostrar ningún individuo.

Don Andrés Avelino, profesor de matemáticas y de lógica en la Universidad de Santo Domingo, escribió “Esencia y existencia, del Ser, de la Nada”. De cuyo título se podría deducir que tanto el ser como la nada tienen esencia y existencia. Sin embargo, cada cierto número de años, algún filósofo o algún físico declara que no existen: el dios del fuego, la esencia de las cosas, la nada, el éter, el “topus uranus”, o cualquier entidad imaginaria, “heredera” de mitos antiguos.

Cuando un retórico de la antigua Grecia nos dice que aún de la nada puede decirse que es; no insinúa que es, meramente, un “objeto de conversación”; cada uno de los asuntos mencionados en el párrafo anterior es una realidad mental que puede quitarnos el sueño, asustarnos o transmitirnos seguridad. La discusión platónica entre Crátilo y Hermógenes acerca de las palabras sigue en pie: ¿los nombres de las cosas, son naturales o convencionales?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas