Predicen victoria Partido Popular España

Predicen victoria Partido Popular España

MADRID (AFP).- El Partido Popular (PP, derecha) en el poder en España desde 1996, encara en posición de fuerza las elecciones generales del 14 de marzo, pese al anunciado retiro de la escena política de su máximo referente, el jefe de gobierno saliente José María Aznar.

Encuestas recientes sobre intenciones de voto pronostican una victoria del PP, pero subrayan sus dificultades para mantener su mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, de la cual se benefició en los últimos cuatro años, tras las elecciones de 2000, permitiéndole gobernar en solitario.

Unos 34,5 millones de españoles están habilitados para votar y renovar 208 de las 259 bancas del Senado y las 350 del Congreso de los Diputados, en base a cuyo resultado surgirá el sucesor de Aznar, en estos octavos comicios generales en España desde el restablecimiento de la democracia en 1975.

Unos 566.671 españoles residentes en América Latina y Estados Unidos también podrán emitir su voto por correo.

Tras los comicios y al cabo de ocho años en el poder, el presidente del gobierno saliente, el conservador José María Aznar, se retirará de la vida poítica, seguramente para evitar el prolongado deterioro de imagen de su predecesor, el socialista Felipe González, que permaneció 14 años en el poder (1982-96).

Al mejor estilo del «dedazo» que durante más de 70 años practicó en México el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Aznar eligió a su brazo derecho de los últimos 10 años, Mariano Rajoy, como su sucesor al frente del PP y candidato a reemplazarlo en el palacio de La Moncloa.

Rajoy, un gallego de 48 años, fue cinco veces ministro durante los dos gobiernos de Aznar, además de vicepresidente primero del gobierno. Desde septiembre pasado es secretario general del PP.

Su principal rival, también candidato por primera vez a dirigir el ejecutivo, es el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE, principal formación de oposición) desde julio de 2000, José Luis Rodríguez Zapatero, de 43 años.

Detrás llega la coalición Izquierda Unida (IU, pro-comunista), tercera fuerza política a nivel nacional, nucleada en torno a su coordinador general desde el año 2000, Gaspar Llamazares, de 46 años, a quien las encuestas otorgan entre el 5% y el 7% de los votos. Le siguen formaciones nacionalistas de algunas de las 17 regiones autonómicas españolas, entre las cuales destacan las de Cataluña, País Vasco, Galicia, Aragón, Islas Canarias y Andalucía.

Aunque Aznar reclame a su partido «los mejores resultados de su historia», los sondeos hablan de un duelo más ajustado que en el 2000, aún si el PP puede gobernar con 168 escaños en el Congreso de los Diputados. La mayoría absoluta es de 176 bancas. En la legislatura saliente el PP tenía 183.

El PP se presenta como el campeón del crecimiento y de la lucha contra el desempleo. La unidad de España es su tema favorito de campaña, que además le sirve para agitar el peligro de los nacionalismos.

Sin embargo el blanco preferido del PP en esta campaña es el PSOE y su aliado en el gobierno regional de Cataluña, el partido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC, independentistas de izquierda republicana), cuyo jefe, Josep Luis Carod Rovira, desató una tormenta política luego de admitir que a principios de enero se reunió en Francia con dirigentes de la organización separatista armada vasca ETA.

ETA, privada de su brazo político, la coalición Batasuna, ilegalizada por la justicia española en marzo de 2003, sigue presente en esta campaña tras haber anunciado una tregua indefinida sólo para Cataluña y haber intentado en vano cometer un atentado con explosivos en la capital.

Los socialistas, empantanados en algunas contradiciones de su política regional, intentan poner de relieve razones que justifican una indispensable alternancia política en el gobierno central. Fustigan el alineamiento incondicional de Aznar detrás del gobierno de George W. Bush en la guerra de Irak, pese al rechazo mayoritario de los españoles.

La educación, la burbuja especulativa en el sector inmobiliario y la precariedad de los servicios sociales, son otros de los argumentos de la izquierda para movilizar a su electorado y evitar una nueva mayoría absoluta del PP.

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