POR GERMAN MARTE
Las mujeres de los barrios pobres prefieren pasar la Nochebuena con un moño feo, pero con la barriga llena, según las respuestas de varias personas consultadas en torno a la iniciativa del gobierno de invertir RD$1.5 millones en el pago a salones de belleza para que les arreglen el pelo a “las damas de escasos recursos”.
Mientras, propietarias de salones de belleza dijeron que hasta el momento nadie se les ha acercado para coordinar el “Operativo moño bonito” que financiará el gobierno.
Personas consultas en torno a esta iniciativa gubernamental consideraron que hay otras prioridades, entre ellas comida y trabajo, que deberían ser atendidas por las autoridades.
“La gente lo que necesita es comida, no pelo bonito. Salón no, porque no vale la pena, porque usted se peina, sale y si le cae una llovizna ya usted no tiene salón. Lo bueno es la barriga llena”, expresó María Rodríguez, para quien la felicidad depende de la comida más que de la apariencia.
Según el encargado de la Dirección General de Desarrollo de la Comunidad (DGDC), Luis Acosta Moreta, las mujeres de escasos recursos económicos no tendrán problemas para lavarse la cabeza y hacerse su moño en estas navidades, ya que por disposición del presidente Leonel Fernández tendrán abiertos los salones de belleza de sus barrios para arreglarse de forma gratuita los días 23 y 24 y también el 31 de diciembre.
Según el funcionario, en este programa el gobierno invertirá RD$1.5 millones en el arreglo de moños a mujeres pobres. Empero, no explicó cuál será el mecanismo para recibir el servicio gratuito.
Personas como Luis Ortiz consideran que el gobierno debe pensarlo mejor antes de invertir dinero en cuestiones de belleza, porque la comida es más importante, “pelo bonito no vale. Cuántas mujeres andan por ahí con el pelo rubio y cuando cae un aguacero se les va el tinte de una vez. Lo que se necesita es comer, la barriga llena”.
“Hay otro tipo de necesidades que son más prioritarias, por ejemplo: una canasta navideña”, expresó Marisol Lora, quien considera que está bien que las mujeres se arreglen el pelo para las fiestas de Navidad, pero estima que ese tipo de gasto debe ser cubierto por cada persona, no con fondos públicos.
En cambio, Lissete Rivera saludó la medida tras razonar que la mujer debe estar bonita en diciembre. Mientras que Ingrid Pérez considera que en lugar de invertir en “moños bonitos” el gobierno debe invertir en los hospitales, donde faltan muchas cosas.
“Yo fui los otros días ahí al Moscoso Puello, a hacerme unos análisis y tuve que dar cien pesos por un tubito para que me atendieran, y tuve que salir a comprarlo fuera. En eso es que debería invertir el gobierno”, expresó Pérez, quien habló con los periodistas sin preocuparse por la apariencia de su pelo.
“Queremos canastas. Con eso uno come dos o tres días, y el pelo desde que uno se acuesta se arruga. Si se nubla se daña el pelo, si llueve se daña el peinado, pero con una canasta uno se entretiene dos o tres días”, añadió doña Ingrid. Blanca Almonte consideró que como la situación está “dura”, el gobierno debería invertir en “en algo bueno”, como alimentos, “porque usted sabe que los pocos chelitos que uno consigue se van en comida”.
Dijo que prefiere 20 veces que le regalen una canasta a que le paguen un servicio en el salón de belleza, porque “hay maridos que ni se fijan en la mujer”, y sobre todo en barrios como Villa Juana, donde abundan las madres solteras, que tienen que hacer malabares para buscar la cena de Nochebuena.
Cada quien tiene su objetivo, dijo Ramona Lora. Ella prefiere que el gobierno les garantice la cena a los más pobres, no belleza. Lo mismo afirmó Noli Serrano, quien dijo que está muy bien estar bonito en Navidad, pero primero está la comida.
Rosanna Laguna trabaja en el Ayuntamiento en labores de limpieza, no titubeó en responder que prefiere una canasta con alimentos en lugar de un moño bonito, tras señalar que sus seis hijos se sentirían mejor con una buena cena en Navidad que si la ven a ella con el pelo bien arreglado.
Algunas propietarias de salones de belleza, como Ana Julia Avila Báez, también favorecen que el gobierno reparta alimentos entre las familias pobres, aunque simpatizan con el subsidio especial para que las mujeres de escasos recursos se laven la cabeza y se hagan moños durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Sin embargo, tanto ella como Alba Amancio, del salón Alba, dijeron que nadie se les ha acercado para que participen de los arreglos pagados por el gobierno a través de la DGDC que dirige Acosta Moreta.