POR GERMAN MARTE
Para residentes en el sector Puerto Isabela, la construcción de un Metro subterráneo no es una prioridad, y en cambio consideran que el gobierno debe resolver otros problemas como los apagones, los altos precios de la medicina, la falta de agua, reparación de las calles y la seguridad ciudadana.

En este barrio, donde la cantidad de hombres de todas las edades sentados en las esquinas revelan el nivel de desempleo que afecta a muchos de sus moradores, la mayoría de las personas consultadas dijeron que a ellos no les hace falta un tren, sino trabajo donde los jóvenes del lugar puedan ganarse la vida honradamente.

«Ahora mismo hay muchas cosas que son más importantes que el metro», expresó Vicenta Caraballo, quien considera que la situación económica del país es muy crítica y por tanto, adujo, es incorrecto que el gobierno coja más dinero prestado en el extranjero para una obra que nadie está esperando.

Andrés Bello Cruz, desempleado, dijo que no está de acuerdo con la obra que promueve el gobierno, porque la obra no beneficiará a los pobres, sino a un grupo que encabeza Diandino Peña, el encargado de la obra.

«Ni estoy ni voy a estar de acuerdo. Yo estoy de acuerdo con la comida y la medicina», dijo Bello Cruz tras manifestar que la situación del transporte en el país estuviera resuelto si las autoridades tuvieran «manos duras» con los choferes, «van a hacer 50 mil metros y no van a resolver el problema. Aquí se necesita manos duras con los choferes».

En tanto que el comerciante José Francisco manifestó que la construcción de un metro no tiene ninguna importancia para los residentes en el barrio porque  de todos modos la gente de Puerto Isabela tendrá que coger un motoconcho para llegar hasta la estación del tren entonces este no representa ninguna ventaja para ellos.

Anastasio Rosario, operador de pala mecánica, considera que la construcción del tren subterráneo sería beneficioso para muchas personas que como él están desempleados, «yo lo veo muy bien, porque así habría más fuentes de trabajo para los dominicanos que estamos sin trabajo».

Asimismo, Urbana Valdez, ama de casa, afirmó que la construcción de un tren es buena idea porque agilizaría el transporte, pero le gustaría que el gobierno resolviera el problema de las calles.

Empero, el estudiante Nino Martínez sostuvo no está de acuerdo conque el gobierno coja un préstamo por US326 millones para construir un metro, porque este es un país muy pobre.

Adujo que en el país hay más de ocho millones de habitantes, y de esos apenas unos cuantos utilizarán los servicios del metro.

«No tenemos necesidad de tener un tren aquí. ¿Porqué quieren tren? Ese préstamo deberían invertirlo en industrias para que por lo menos mil gente consiga trabajo, pero no tren», expresó Martínez.

 Pero Berlis William Peralta, empleado privado, opina que la obra sería favorable, porque haría más necesario un nuevo puente que comunique el Distrito Nacional con Villa Mella y la gente se verá a venir más para este lado «y el progreso se verá».

Aún conmovida por la tragedia de Higüey, Angela Mota considera que más que el metro en el país necesita urgentemente la construcción de más cárceles, «los presos son seres humanos iguales que los que andamos fuera. Aquí los presos son perros para las autoridades».

Tras señalar que en el país hace falta más fuentes de empleos, Mota afirmó que los promotores del tren sólo persiguen beneficios para ellos «y a los demás que se les lleve el diablo».

Fredesvinda Veloz, vendedora de pollo, declaró que el metro sería negativo porque vendría a desplazar a miles de choferes que se ganan la vida en el transporte público.

«Como está este país explotado… este país explotado», expresó Veloz, tras lo cual reclamó la creación de más fuentes de trabajo.

«A Leonel (Fernández) que cambie la meta, que este país se está cayendo a pedazos, qué metro ni que ocho cuartos?», expresó Veloz quien se autodefinió como peledeísta.

Lino Mercedes, chofer de carro público, dijo que ahora mismo el país necesita más empleos que un metro.

Mientras que Osvaldo Montaño, desempleado, consideró que la construcción de un metro no sería conveniente en estos momentos.