Gratamente inolvidable me ha resultado la fascinante lectura de Una biografía de Juan Bosch, recopilación selectiva de segmentos de entrevistas y conversatorios del abuelo, organizado y redactado por su nieto Matías Bosch Carcuro. Resulta novedosa y encomiable la técnica utilizada para recoger de manera condensada en tan solo 408 páginas la ejemplar trayectoria de don Juan. Se han construido, a modo de diálogo, los episodios más relevantes de la vida literaria, política y sobre todo humana, del genio que absorbió la savia fecunda de su pueblo; logrando devolverla con creces a través de sus enseñanzas y comportamiento sin igual. El texto arranca con el virtual entrevistador cuestionando al familiar acerca de sus orígenes, infancia, adolescencia, adultez y etapa final consciente de su trajinar por el mundo. No sentí cansancio en la fructífera lectura y sí dificultad para romper la inercia del deleite a fin de cumplir con el fisiológico descanso habitual. Los materiales utilizados para redactar el texto proceden de los tomos 37, 38 y 39 de las Obras completas de Juan Bosch; así como de otras fuentes históricas.
La Premio Nacional de Literatura 2016, Ángela Hernández Núñez, comenta el volumen No. 18 de la colección “Bosch vive” de la Fundación Bosch con las siguientes palabras: <<Este es un libro inspirador; sustancioso, coherente, lleno de ese género de belleza que mueve a ejercitar el cerebro, a cavilar con ganas, y a deleitarse en el ejemplo de quien ante las adversidades más terribles y dificultades sistemáticas, no se ha lamentado ni desfallecido ni se ha entregado “a lo que venga” ni ha pulverizado su confianza en los seres humanos, sino que ha puesto en marcha el pensamiento crítico, la creación, la lucha infatigable, el valor, la relación social humanizadora, “su máquina interior: servir al pueblo”. Ese ha sido Juan Bosch. Y ésta es su singular e interesante vida, la cual de tan bien relatada, nos hará creer a veces que leemos una novela…>>
Ya en el epílogo del conversatorio biográfico expresa el interpelado: <<Yo creo que en realidad al hombre le dan una única oportunidad con la vida, que es una sola: una oportunidad de hacer cosas, y de hacer cosas en provecho de los demás, de hacer cosas que valgan la pena, aunque sean pequeñas. Si son pequeñas hay que hacerlas todos los días. Si son grandes, bueno, se puede hacer una vez en la vida, dos veces en la vida. Pero hay que hacer cosas en beneficio de los demás. ¿Qué es lo que se puede hacer en beneficio de los demás? Aliviar el dolor, aliviar la miseria, combatir la injusticia y desde luego tratar de propagar la justicia, reconocer la belleza humana donde esté, reconocer lo justo donde esté, reconocer lo propio y lo correcto, luchar, luchar contra la sociedad injusta en que vivimos… !Nadie podrá evitar mi muerte! Y menos que nadie podría evitarla yo… Y si ese es el hecho, ¿qué es lo que hay que hacer mientras uno avanza hacia la muerte por los caminos de la vida? Ser útil, hacer cosas que le ganen a uno el derecho a que lo recuerden. Además, yo dejo una obra. Ni el porvenir individual ni la muerte me preocupan. Solo hay algo que me dolerá a la hora de la muerte: pensar en lo que sufrirá doña Carmen con mi desaparición>>.