Preguntas más frecuentes de padres con
‘niños que no comen’

Preguntas más frecuentes de padres con <BR>‘niños que no comen’

Es un verdadero calvario vivir la mortificante situación familiar cuando uno de los pequeños de la familia es designado oficialmente como «mal comedor»? A continuación, algunas respuestas a las preguntas más frecuentes respecto de este tema.

1.- ¿Tendré que quitarle el pecho para que coma?

R. Mi hija nació hace siete meses y medio, y desde entonces no ha soltado el pecho… En cada toma le preparo su papilla y se la ofrezco, a lo que la niña gira la cabeza y no abre la boca ni por descuido… ¿Qué hago? ¿Le quito el pecho totalmente, como dicen algunos, y ya comerá?.

Al igual que ella, muchas madres reciben el consejo de suprimir el pecho a su hijo con el argumento de que entonces sí que aceptará la papilla. ¡Como si los niños criados con biberones se tomasen tan bien la papilla!

Se ha explicado en reiteradas oportunidades que el destete brusco fácilmente produce un rechazo a la comida. En ocasiones he visto a un bebé perder medio kilo en una semana por semejante destete intempestivo. Al volver a dar el pecho (lo que tanto la madre como el hijo estaban deseando), inmediatamente recupera su interés por la vida y vuelve a aceptar no solo el pecho, sino incluso el biberón. Recuperando el peso perdido, fácilmente el bebé vuelve a la lactancia materna exclusiva.

2.- ¿No se le «habrá achicado el estómago»?

R. No. Perdón, ya sé que usted espera una respuesta algo más elaborada. Pero es que me faltan las palabras. Sencillamente, no.

3.- ¿Y si lo hace por llamar la atención?

R. «Llamar la atención» es una expresión sumamente desafortunada.

En el lenguaje popular, «Llamar la atención» significa hacer cosas raras para obtener notoriedad. Puede uno teñirse el pelo de verde, o pasear con un tigre atado a una correa. En este sentido, llamar la atención se considera algo totalmente negativo, similar a «hacer el ridículo» o «hacer comedias». Nadie hace mucho caso de quienes solo buscan «llamar la atención».

Para los sicólogos que estudian el comportamiento infantil, «llamar la atención» tiene al menos dos sentidos distintos, y ninguno de ellos es negativo. En ninguno de los dos sentidos se considera que el niño esté haciendo teatro o tonterías, ni hay que dejar de hacerle caso.

Es fácil ver que esta conducta, llamar la atención de la madre, ha contribuído durante miles de años a la supervivencia de la especie.

El segundo sentido que dan los sicólogos a la expresión «llamar la atención» se refiere a una conducta más o menos anómala, que realiza una persona cuando necesita atención y no puede o no sabe obtenerla por los medios habituales.

La mayoría de los niños que se niegan a comer lo hacen, sencillamente, por que no necesitan más comidas. Es posible que algún niño busque alrededor de la comida llamar la atención sobre otros temas.

4.- ¿Por qué vomita tanto?

R. Es fácil comprender la preocupación de las madres. Es decir, aunque a una madre le parezca que su hija ha comido poquito, es evidente que ha comido demasiado. Pues incluso contando lo que ha vomitado, le ha quedado dentro suficiente comida para desarrollarse adecuadamente y no enfermar.

Todos los bebés regurgitan. Algunos solo un poco, y otros mucho. Los médicos le llamamos «reflujo gastroesofágico», es decir, la comida que estaba en el estomago vuelve a subir. En la inmensa mayoría de los casos (a no ser que el niño pierda peso, vomite sangre o algo así), se trata de algo totalmente normal. Los bebés tienen la boca del estómago abierta, y la comida se le sale. Hacia el año se le va cerrando, y dejan de vomitar.

A no ser, claro, que les obliguen a comer. Como ya hemos explicado, cuando se intenta hacer comer mas de la cuenta a un niño, éste vomita. No puede evitarlo.

5.- ¿Y si en la casa somos vegetarianos?

R. Tanto los niños como los adultos pueden vivir perfectamente con una dieta ovo-lacto-vegetariana.

La dieta vegetariana estricta (sin huevos ni leche) puede ser adecuada para un niño, siempre y cuando tome el pecho dos o tres años, y se combinen los distintos alimentos según las reglas del arte. Excedería del alcance de este libro dar más detalles, no es prudente seguir una dieta vegetariana estricta (y mucho menos hacérsela seguir a un niño pequeño), sin buenos conocimientos de nutrición.

La dieta macrobiótica es una dieta progresiva, que a medida que avanza hacia la «perfección» es cada vez más restrictiva. Es una dieta inadecuada para niños, y también para embarazadas y madres lactantes. Se han visto casos graves de déficit de vitamina B en niños amamantados cuyas madres seguían una dieta macrobiótica.

6.- ¿No le faltarán las vitaminas?

R. No. Si se le ofrece una dieta adecuada, su hijo tomará suficiente de todo, por poco que coma.

Claro, si su dieta fuera solo puré en sobres y caramelos, a lo mejor sí que le llegaba a faltar algo… pero su hijo es demasiado pequeño para ir a comprar esas cosas; solo puede comer lo que sus padres le dan.

7.- ¿No debería acostumbrarse a comer de todo?

R. En casi todos los restaurantes preparan una mesa aparte para los niños. Mientras los adultos degustan elaboradas y exóticas ensaladas o pescados y mariscos con originales salsas, los niños toman un «menú para niños».

Fuente: Ciencia Plus

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