Los aportes personales y de entidades al desarrollo del país en los ámbitos de Educacion, Ciencia, Arte, Comunicacion y Asistencia a la Comunidad encuentran hoy en la decimotercera entrega el homenaje instituido por la Fundación Corripio y la familia Corripio, retribución que es en sí misma un acto justiciero de intención constructiva. Respaldo al talento y a la creatividad que arrojan frutos con proyección a futuro por ser el progreso de la nación un objetivo central de quienes cada año auspician los honores.
Pero son los galardonados de esta vez los de total principalía en este texto que es parte de la exaltación a sus obras. Nos inclinamos con admiración, respeto y agradecimiento ante el Colegio Dominicano De La Salle por sus más de ocho decenios de labor educativa de excelencia para niños y jóvenes. Ante Fernando Contreras por su participación en el desarrollo de la gastroenterología dominicana. Ante Germana Quintana por su extensa trayectoria en la dirección teatral con impacto en la enseñanza de las artes escénicas. Ante Fausto Rosario Adames por su larga carrera en el periodismo nacional, en revistas, diarios y prensa digital. Ante la Vicaría de Pastoral Social por sus importantes programas sociales habitacionales, alimentarios y de salubridad. Y ante Hogares Residencia Angeles Custodios por su valiosa labor de décadas albergando niñas y adolescentes de escasos recursos.

Papeletas contra los menudos

La gravitación que sobre elecciones han logrado los recursos del Estado en violación a la imparcialidad a que obliga la Constitución, con anterioridad y hasta en este octubre, resulta más intranquilizadora que nunca. El ejercicio de votar erosionado en su crédito. Colocarse en la fila de sufragio solo armado de libertad y buen juicio pero sabiendo que atrás y alante muchas voluntades podrían estar movidas por el motor del dinero, genera dudas sobre la presencia cabal y pura del pueblo en las urnas.
Antes de esos actos pesó el despliegue de autoridades centralizadas en su causa y postulaciones, impresionando, prometiendo y accionando con recursos abundantes en uso directo o indirecto para generar entusiasmos y llenar todos los ámbitos de comunicación con mensajes que sacralizaban al oficialismo y a sus representaciones.