POR MODESTO RODRÍGUEZ
Las mariposas de jícara de coco de Moca, las aves de madera de San Cristóbal y los santos de palo de Bonao, artesanías que fueron premiadas por la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), han sido impactadas mercadológicamente y aumentado sus ventas, conforme aseguran artesanos.

María Victoria Brito, ejecutiva del taller Arteco en Moca, dijo que luego que en Cuba en diciembre del 2006 tres talleres dominicanos fueran escogidos por el organismo internacional para colocarle el sello de calidad artesanal, los pedidos locales y las exportaciones se han animado.

Las mariposas de jícara de coco de Moca son de la autoría del artesano Marino Brito, los gallos de madera, son elaborados por la familia Puello en San Cristóbal y los santos de palos del Colectivo de Bonao que dirige Pedro Méndez. Los artesanos de los tres talleres fueron invitados por la UNESCO a París, Francia a participar en una feria, otra en Curazao y otros encuentros.

El taller “Arteco”, tiene unas 24 personas empleadas entre fijos y otros ocasionales, que son de la misma comunidad. Compra toneladas de coco a productores de Sánchez y Samaná para tomar la cáscara, con la que elaboran las famosas mariposas, que han sido exportadas a distintos destinos mundiales, pero especialmente a los Estados Unidos y Puerto Rico. Además participan en ferias de exposiciones nacionales e internacionales donde colocan su producto “insignia”.

Victoria Brito dijo que los cocos son preseleccionados, tienen que reunir algunas condiciones para poder usarlas en la confección de las figurillas tan demandas en la decoración de espacios interiores y exteriores.

El taller Arteco – explicó Victoria Brito- nace de una artesanía de más de 30 años de su padre Rafael Brito, en Salcedo. Victoria Brito diseñó y elaboró   distintos artículos en jícara de coco, tales como carteras, cofres, lámparas, cangrejos etc.   A cinco años de  Brito iniciarse en el mundo artesanal, en 1985, su hijo,  Marino Brito, se incorpora al taller. Se mudaron a Moca y su hijo Marino Brito, dueño de una creatividad especial, diseñó la mariposa que ha revolucionado la empresa familiar y ha conquistado espacios de mercados importantes. Con su más de 200 diseños, basados en las mariposas mas vistosas y coloridas del continente, la obra de Marino Brito ha caminado por todo el mundo. En el taller Arteco, producen unas 3,500 unidades de mariposas al mes. Pero además elaboran mariposas de metal, pero mucho más grande. Con la jícara (cáscara) del coco producen además accesorios para souvenirs, llaveros, candelabros, ceniceros, cofres y otras figuras.

Entre Santiago y La Vega, está la boutique, donde exhiben no sólo los trabajos artesanales del taller “Arteco”, sino de los talleres galardonados también por la UNESCO, como el Colectivo de Bonao y “Arte Puello” de la familia Puello, así como de otros artesanos nacionales.

CENADARTE

El arquitecto Manuel de la Cruz, director ejecutivo del CENADARTE, aseguró que tras el otorgamiento del sello a la calidad artesanal de la UNESCO, los talleres han tenido mejor participación en el mercado.

“El reconocimiento que han tenido esas tres líneas de trabajo artesanal, han impactado positivamente no solo para ellos en términos de producción y ventas, sino en términos también de todo el sector”, subrayó de la Cruz.

Relató que la escogencia de los temas de la artesanía dominicana la UNESCO lo hizo exigiendo una serie de  conceptos, entre ellos la calidad, el respeto al medio ambiente, originalidad, capacidad de comercialización y otros criterios del perfil del producto.

“Los artesanos que se han enterado de que esos trabajos tuvieron el reconocimiento de la UNESCO, pues manejan sus productos con otros criterios, como se pudo ver en la feria de navidad que se hizo en diciembre pasado en el parque Colón.  Las mariposas de jícara de coco, son  ejemplo del impacto económico que ha tenido el otorgamiento del sello de calidad a la artesanía por parte del organismo internacional, dijo el director de CENADARTE. Los artesanos ya se preocupan por trabajar tomando en cuenta los criterios medioambientales exigidos.