El Museo Bellapart, modelo de gestión e instalación, sigue siendo considerado, unánimemente, como la mejor institución para conocer la historia del arte dominicano, con una vasta, selecta y organizada colección permanente, recién fortalecida por una sala de escultura, incuestionable, sin que olvidemos las actividades educativas y las tertulias mensuales.
Solamente le faltaba un concurso nacional abierto. Ya lo ha instituido, con el Premio de Arte Juan José Bellapart 2022, exitoso desde esa primera edición: los visitantes no pueden evitar estremecimiento al recorrer el circuito expositivo, en su continuidad.
Estamos acostumbrados, en nuestras Bienales, a hacer nuestra propia selección dentro de la benévola selección oficial. ¡Aquí, y es un criterio personal, no habría más de dos obras que pasaríamos por alto! La selección ha sido tan rigurosa que ya la admisión significa una distinción.
El Jurado –único- estaba integrado por Laura Gil, Paula Gómez y Fermín Ceballos, dos historiadoras de arte y un artista experto, que no conceden vacilaciones técnicas por contemporánea que sea la obra.
Por otra parte, el reglamento fijaba las categorías participantes a Dibujo, Pintura, Escultura, limitando también el formato. Los 3 Premios igualitarios se atribuían a “obras”, sin especificación previa. Así sucedió con dos Dibujos y una Escultura, y el veredicto se completó con tres Menciones de Honor, un Dibujo y dos Esculturas.
La riqueza cualitativa, tanto a nivel de selección, como de premiación requiere, une primera apreciación global, luego otro texto con apreciaciones individuales: será la opción nuestra.
Un concurso ejemplar
Museografía y montaje aprovechan muros perimetrales, paneles y pedestales, la presentación –incluyendo las fichas- y colocación, teniendo mucha importancia siempre en el Museo Bellapart.
Pinturas, dibujos, esculturas están distribuidos, alternando estilos, categorías, dimensiones, para que nos detengamos delante, en la singularidad de las obras, más allá de los galardones, por justificados que estén.
Según su receptividad y su criterio, el espectador se siente atraído por obras particulares, y el Premio del Público, anónimo y totalmente libre, “proclamará” esta preferencia, la que puede elegir cualquier pieza admitida. Nos parece muy correcto que, siendo un certamen privado, las categorías se hayan limitado a tres –que son fundamentales y comprobadas en el arte nacional e internacional-, asimismo, que se limiten las dimensiones… Ello evita las obras gigantes, cuyo nivel no siempre corresponde a la ocupación espacial. Estas estipulaciones igualmente favorecen la integración patrimonial de las obras “intactas”, y que estas descuellen en la colección permanente del museo.
Otra característica positiva es la premiación y presencia de la escultura, a la vez nueva y tradicional, cuando esta hace falta en las bienales recientes, y así desmiente una debilidad –¡de supuesta a confirmada!-.
Está claro que el jurado ponderó el caudal y el dinamismo del dibujo dominicano, interviniendo la riqueza de los medios utilizados. Aquí, funcionó como medio de expresión totalizante, incluyendo el concepto, otra prioridad, considerada tanto en la admisión como en los lauros.
Además, salvo excepciones no figurativas, el dibujo constituyó la fase inicial para la pintura con un valor propio, dentro de la técnica y la conceptualización. El contacto directo de la mano con las herramientas y el soporte, se privilegió, junto a la mente… Lo sentimos igualmente, hecho diseño, en la escultura.
La idiosincrasia cultural dominicana presente en la mayoría de las obras incluyó, con frecuencia, el sentido del humor y una impronta poética. Este compromiso múltiple contribuye a la excelencia del Premio de Arte Juan José Bellapart 2022. (continuará).