PREMIO NÓBEL DE LITERATURA 2007
Doris Lessing Una inglesa en el Caribe

PREMIO NÓBEL DE LITERATURA 2007<BR><STRONG>Doris Lessing Una inglesa en el Caribe</STRONG>

El valor de los libros de Lessing radica en que su lectura es universal y describe sentimientos, posturas y condiciones del alma humana en cualquier parte del mundo

POR GRACIELA AZCÁRATE

 “¿Qué puede ser más importante para un escritor que enterarse de que uno de sus personajes salió provisionalmente del libro para restañar una herida, o aclarar un vislumbre, desvirtuar  un malentendido, o acabar con una inhibición, o generar una esperanza?

¿Qué puede ser más removedor para un artista que llegar a saber que algunos de sus libros sacudió el esqueleto o cambió el curso de una vida?

¿Qué mejor elogio que enterarse de que su obra generó una bronca sustantiva y levantó agudas observaciones que ahora en compensación, lo conmueven a él y le hacen repensar toda una situación?”

Mario Benedetti: Palabras de autor. La Tarde Alegre, sábado 14 de septiembre de 1991.

El jueves a la tarde cuando revisaba en internet las noticias del día leí con júbilo que Doris Lessing había sido galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2007.

Las crónicas culturales por todo el mundo daban noticias entusiastas,  otras críticas y hasta anodinas. Me divirtió la de un periodista español Rafael Reig que desde Madrid escribió una nota titulada: “La abuela de Caperucita Roja  y el lobo feroz”.

Su crónica  la describía como una “gran escritora, valiente, rigurosa y simpática” comparable en espesor moral a la obra del premio Nobel sudafricano Coetze. Cuando aborda a sus personajes por ejemplo en “ La buena terrorista” la compara  con la textura moral y ética  de Graham Greene de “El americano impasible” o con “El agente secreto” de Josep Conrad.

Dice de ella que “se atreve a explorar la ambigüedad de la conducta, el examen de los individuos dentro de un contexto social e histórico y no sólo en su sacrosanta intimidad”.

Y agrega: “me gusta su actitud pública”

(…)”siendo escritora famosa envió una novela con seudónimo. La rechazaron. Aprovechó para denunciar el hecho y escribió un texto dedicado a los jóvenes autores, contándoles la realidad del mercado literario. En resumidas cuentas lo que les decía era: todo es una trampa”.

Seguía en detalle contando la obra de la autora pero lo que me llamó la  atención fue que dijo que Doris Lessing no está de moda y se parece a la abuela de Caperucita roja, con su pastel de moras y el moño blanco.”

“Así es el mercado: hacía mucho que no se hablaba de este premio espero que la rescatemos de la tripa del lobo feroz del mercado literario y  la volvamos leer con placer”.

Me dio risa porque al día siguiente Diario Libre publicó la foto de una abuelita inglesa, con su moño blanco, en la puerta de su casa en un suburbio londinense.

Cuando el español dijo “ya nadie lee a Doris Lessing” entendí porqué había sentido júbilo al saber de su premio.

Recordé lo que hicimos hace ya dos años con un puñado de jóvenes entusiastas decididos a trabajar por la niñez dominicana. Con una especie de orgullo personal saqué las tres primeras revistas CONANI. Las que imaginé, ideé, produje y edité con un grupo de muchachos y muchachas muy jóvenes pero llenos de ganas de aprender y de ser creativos.

Doris Lessing era la autora insigne de esa publicación. La vieja inglesa tenía una zapata en el Caribe.

En la “Crónica de la oficina”  del primer número inaugural, la figura de Maudie Fowler era como un ángel de la guarda que explica porqué una buena niñez augura una vejez segura y la vieja escritora inglesa se instaló en la página 32, en una columna titulada” El rincón de la lectura”.

Estaba dedicado a Doris Lessing y a su libro “La buena vecina”.

A pie de página decía: Durante un mes los libros de Doris Lessing podrán ser leídos y consultados en CENINFA.

Durante un mes los psicólogos,  abogados, los terapeutas de los hogares de paso leyeron la literatura de la anciana escritora porque su mundo narraba de forma magistral las ambiguedades de la adolescencia, el arco de vida que entra en crisis a los cuarenta para las mujeres y el periodo de vulnerabilidad que se abre para los envejecientes no importa la clase social.

Cuando leo esa nota  y pienso lo que pasó más tarde siento que era una ingenuidad de mi parte.

Ahora que nada de eso existe, que el rincón de la poesía y la lectura fue suprimido, que la filosofía de la revista como depositaria del espíritu de eso que soñó doña René ha sido arrasado, que  nadie de la vieja guardia está para dar calor a ese sueño de una revista institucional con temas de niñez y adolescencia , ahora,  como  diría Mario Benedetti es que cobra  con más fuerza el vigor de una literatura que evitó ser encasillada como feminista, comunista o “buena terrorista” y que tiene la fuerza de una carga de dinamita.

El valor inapreciable de los libros de Doris Lessing radica en que su lectura es universal y describe sentimientos, posturas, y condiciones del alma humana en cualquier parte del mundo. No importa si en “La buena terrorista” ella dinamita el gobierno de Margaret Tatcher, critica las prácticas fascistoides de la “la dama de hierro” y describe el neoliberalismo depredador que acabó con  la clase obrera inglesa de 1980.

Apelando a la mordacidad y a una sana ironía la escritora inglesa enseña las lacras de la sociedad con precisión y sobre todo con lucidez.

Una lectura activa de su obra hace pensar creativamente, establece comparaciones, ilustra actitudes de burócratas y políticos, devela los vericuetos de clase, los intereses económicos y de género y sobre todo “genera una bronca sustantiva y levanta agudas observaciones que conmueven y hacen pensar”

Breve biografía de Doris Lessing

La  escritora británica Doris Lessing ganó el Premio Nobel de Literatura 2007, y la Academia Sueca destacó la capacidad ética de la escritora para narrar la experiencia femenina y que «con escepticismo, pasión y poder visionario ha sometido a una atenta mirada a una sociedad  dividida».

Nació el 22 de octubre de 1919 en Kermanshah, Irán. En el año 2001 ganó el Premio  Príncipe de Asturias de las Letras.

Su padre,  fue oficial del ejército británico,  víctima de la Primera

Guerra Mundial, sufrió graves amputaciones. A los seis años, su

familia,  atraída por las promesas de hacer fortuna cultivando maíz, tabaco y cereales se traslada a Rhodesia, una antigua colonia inglesa, hoy Zimbabwe, donde pasó su infancia y juventud. Los recuerdos de esa época son por un lado la educación estricta y severa de su madre, por otro, aquellos  momentos en los que, en compañía de su hermano Henry, disfrutaba y descubría la naturaleza.

Descubrió la discriminación racial. En lucha constante con su madre, huye de su autoritarismo  razón por la cual abandonó, a los quince años, sus estudios que prosiguió de manera autodidacta, y se puso a trabajar como auxiliar

 de clínica. Frustrada por los desengaños de algunas aventuras amorosas pasajeras, empieza a escribir sus primeras novelas plagadas de

fantasmas. Pequeñas historias de las que vendió dos a unas revistas sudafricanas. A los 18 años se va a Salisbury donde trabaja como

telefonista. En 1939,  se casó con un funcionario, Frank Wilson, con el que tuvo dos hijos. En 1943 se divorció y se unió a un grupo de ideas comunistas. En 1944 se casó, por segunda vez, con Gottfried Lessing, con el que tuvo su tercer hijo. A los 36 años, junto a su hijo, regresó a Londres e inicia su carrera como escritora. Un año después publicó su novela: «Canta la hierba». Muy comprometida políticamente pierde, definitivamente, todas sus  ilusiones abandonando el comunismo en 1954.

 La obra de Doris Lessing tiene mucho de autobiografía, inspirándose en su experiencia africana, en su infancia, en sus desengaños sociales y políticos. Los temas plasmados en sus novelas se centran en los conflictos culturales,

las flagrantes injusticias de la desigualdad racial, la contradicción entre la consciencia individual y el bien común. En 1956, conocidas sus críticas constantes e implacables, se le prohibió la estancia en toda África del Sur y

 Rhodesia especialmente. En 1962 publicó su novela más conocida, «El cuaderno dorado», que la catapultó a la fama convirtiéndola en el icono de las reivindicaciones feministas. En 1995, con 66 años, regresó a África del Sur para

visitar a su hija y a sus nietos y dar a conocer su autobiografía. Ironías de la historia, fue acogida con los brazos abiertos, cuando los temas que ella había tratado en sus obras habían sido la causa de su expulsión del país cuarenta

años atrás. Autora de más de cuarenta obras, y célebre desde la aparición, en 1950, de su primer libro «Vencida por la sabana», es considerada una escritora comprometida con las ideas liberales, pese a que ella nunca quiso dar ningún mensaje político en su obra. Doris Lessing, muy a su pesar, fue el icono de las causas marxistas, anticolonialistas, anti-segregacionistas y feministas.

Tomado de: Literatura ClubCultura.com

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