Premios Soberano otra vez…

Premios Soberano otra vez…

Entre lo frío, tibio y en ocasiones caliente se desarrolló la entrega número XXXI de Premios Soberano, una ceremonia cuyo inicio no fue muy atinado: comenzó con un monólogo a cargo de la comunicadora Mariasela Álvarez que, a pesar de su esfuerzo, no conectó con la audiencia.

Destacamos su buen manejo, la forma en la que se desdobló, y sobre todo su veteranía en cuanto a la naturalidad y manejo de los diálogos, pero esto no fue suficiente para enganchar a un público acostumbrado a figuras más chispeantes.

Otra vez, el guión le jugó una mala pasada a la producción. Y es que no sabemos hasta cuándo los guionistas dejarán de utilizar el recurso cliché de introducir diálogos aplatanados que si bien es cierto que causan risa, también empobrecen y limitan en muchas ocasiones el ceremonial a ser interpretado meramente por los criollos. Esto, lejos de internacionalizar el premio que entrega la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), lo hace más local.

Cuquín Victoria, como siempre, sacó risas con su peculiar forma de desempeñarse, algo que le favoreció para disimular el esfuerzo -muy notorio- que hizo para articular con claridad las palabras que le salían de forma disfónica.

Avance. Definitivamente algo que se debe destacar en El Soberano fue la escenografía. Elementos novedosos enriquecieron cada musical que se presentó la noche del martes, sobre todo el número del ganador de la categoría bachatero del año, Frank Reyes. La escenografía, inspirada en el seudónimo del bachatero, que se hace llamar “El Príncipe”, convirtió la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional en un hermoso castillo donde un grupo de bailarines vestidos como príncipes y princesas complementaron el ambiente.

Los musicales. Uno de los más esperados fue el de los artistas urbanos con “Capea el Soberano”, protagonizado por Nipo, Don Miguelo, Mozart La Para, Shelow Shaq, Bulova, Triggah, Melymel y Mark B. Estos artistas brillaron en este número que causó mucha polémica, pero que sin duda le agregó chispa al espectáculo.

Una de las novedades que aprobaron muchos fue la forma en la que se presentaron algunas categorías, donde previamente se anunciaba un musical de los nominados, como el de los salseros. En esta categoría en la que ganó Chiquito Team Band brillaron todos los candidatos en un número que le inyectó vida a la premiación.

Algo más. Este año, al igual que los anteriores se notó la poca delicadeza de algunas figuras que sin ningún reparo y sin importarle que la premiación sea en vivo se retiraron de la ceremonia cuando ya había pasado su apartado, dejando los asientos vacíos.

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