Prensa cubana informa de forma escueta muerte de Fuentes, crítico de Castro

Prensa cubana informa de forma escueta muerte de Fuentes, crítico de Castro

LA HABANA. AFP. La prensa cubana, toda bajo control estatal, dedicó hoy breves espacios para informar sobre la muerte del escritor mexicano Carlos Fuentes, que desde 1966 se distanció de la revolución de Fidel Castro, tras haber sido de los primeros en saludar su llegada al poder.

El diario oficial Granma publicó apenas cuatro párrafos de la noticia, sin hacer comentarios, mientras que Juventud Rebelde, el otro periódico de alcance nacional, la ignoró.

El espacio digital La Ventana, que publica la Casa de las Américas, informó sobre la muerte de Fuentes ocurrida el martes en México, a los 83 años de edad, por una deficiencia cardíaca, y dijo que el «considerado el fundador de la novela modernista en México», participó como jurado en 1960 en el concurso literario que anualmente convoca esa institución cubana.

De colaborador a opositor. Fuentes, quien saludó la llegada de Castro al poder y llegó a Cuba el 2 de enero de 1959, un día después del triunfo de la revolución, fue criticado junto al escritor comunista chileno Pablo Neruda (Premio Nobel de Literatura 1971) por el poeta cubano Roberto Fernández Retamar en 1966, por asistir a un Congreso del PEN Club Internacional, que presidía el estadounidense Arthur Miller.

Fernández Retamar es el actual presidente de la Casa de las Américas y es miembro del Consejo de Estado de Cuba, el máximo órgano ejecutivo de la isla, que preside Raúl Castro.

Desde 1966 comenzó el distanciamiento y, aunque Fuentes criticó fuertemente la política de Estados Unidos hacia la isla, también fustigó las acciones del gobierno comunista cubano.

En 1971 rechazó la detención del escritor cubano Heberto Padilla y en 2003 criticó el arresto y condena de prisión de 75 disidentes. En un artículo publicado ese mismo año, Fuentes dijo que mantenía su posición «en contra de la política abusiva e imperial de los EE.UU. contra Cuba. Y en contra de la política abusiva y totalitaria del gobierno de Cuba contra sus propios ciudadanos».

En ese artículo apoyó la crítica del escritor comunista portugués José Saramago (Premio Nobel de Literatura 1998), a la condena de los 75 opositores en la isla, y subrayó que «felicito a Saramago por pintar su raya. Esta es la mía: contra Bush y contra Castro».

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