Es error pretender que la prensa juzgue y condene la corrupción
Durante las últimas tres o cuatro décadas, la prensa o “cuarto poder” juntamente con sus hermanas, las “redes sociales” han participado con destacado protagonismo en grandes episodios históricos de muchos países.
No obstante lo anterior, muchos nos confundimos cuando pretendemos traspasar a la prensa la responsabilidad de juzgar y condenar los actos de corrupción de los gobernantes y sus acólitos, pasando de la denuncia a la acusación, formulando hipótesis y a veces aportando pruebas al público y no a las autoridades judiciales y así, la prisa, provocada por el hambre de justicia, permite a los delincuentes en el Estado deformar o desaparecer evidencias claves para comprobar sus fechorías, lo que hace difícil, por no decir imposible, agarrarlos “con las manos en la masa” o en flagrante delito, agregando pausas o recovecos investigativos a los representantes de la justicia que es lo mismo que soltar la soga a un criminal para que alcance más fácil a su víctima, que en este caso sería el pueblo.
Como ciudadano, identifico tres prioridades actuales para el nuevo Gobierno: primero, la condena y prisión de los corruptos, con la consiguiente recuperación de todo lo robado; segundo, el control definitivo de la crisis sanitaria debido al covid-19; tercero, una reforma fiscal donde, los que más tienen, aporten significativamente más para el bien común y cuarto, una Ley de Seguridad Social reformulada para que no haya un solo dominicano sin protección, escalonando la prima desde arriba hacia abajo con aportes desde el presidente de la República hasta el chinero o chiripero, respetando estrictamente el orden de actividades y cumplimiento para que todo se realice sin prisa, pero sin pausa.
Es una prioridad la condena y prisión de los corruptos, con recuperación de lo robado