El presidente de la Asociación Dominicana de Zonas  Francas (ADOZONA) urgió a las autoridades a desarrollar un plan nacional  de educación  a largo plazo e  invertir en la calidad de la misma como un mecanismo para mejorar la productividad nacional y con ello la calidad de vida de los ciudadanos.

El empresario Fernando Capellán dijo que uno de los handicaps de las Zonas Francas Dominicanas y con ello del país es el bajo nivel de educación y la precariedad de los contenidos que reciben los niños que asisten a la escuela pública hasta la educación del nivel básico.

“Si el gobierno dominicano quiere situar al país como un espacio atractivo para la inversión internacional debe apostar a mejorar la educación de sus ciudadanos o simplemente garantizar el acceso a la educación de toda la población sin importar su clase social”, indicó el empresario.

En las Zonas Francas se exige que los trabajadores hayan aprobado mínimo un octavo grado, sin embargo según encuestas realizadas en dichas empresas, eso no significa que los trabajadores manejan contenidos mínimos para lograr una mayor eficiencia en el trabajo.

Capellán, quien aboga por un cambio en el esquema de funcionamiento de las zonas francas dijo que la gran diferencia entre los países desarrollados y subdesarrollados es el nivel de  educación que reciben sus ciudadanos.

“Nuestra preocupación no es un ejercicio de retórica, ADOZONA ha dado pasos concretos en la búsqueda de una mejoría en la formación de nuestros recursos humanos, en ese sentido hemos firmado un acuerdo con la PUCMM, para la formación de nuestro personal en áreas técnicas e ingenierías”, agregó.

Puso como ejemplo el índice de crecimiento de la economía dominicana del último año   enarbolado por las autoridades como él más alto de la región al alcanzar más de un 10 por ciento, pero en el que la salud solo creció  un 2 por ciento y la educación un 4.1 por ciento.

El empresario insistió en que, orientar el país  a un esquema económico con un gran componente de manufactura, es virtualmente imposible si la educación de calidad y fortaleza no es adoptada como un elemento fundamental de las políticas públicas.

Capellán dijo que la calidad de vida de los habitantes de un país  no se determina por él número de su población, raza, geografía u otros parámetros sociodemográficos, sino por el grado de educación, acceso a servicios  y la productividad que han logrado personas y empresas.