WASHINGTON (EFE).- El Departamento de Estado de EEUU expresó ayer su «seria preocupación» por la compra de armamento ruso por parte de Venezuela, ante la posibilidad de que parte de estas armas vaya a parar a las guerrillas en Colombia.

Según declaró a los periodistas el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Adam Ereli, estas armas podrían tener un «efecto desestabilizador» en la región.

«Tenemos una seria preocupación acerca de cómo protegerá Venezuela estas armas y los miles de fusiles que van a reemplazar», agregó el portavoz.

«Las armas podrían acabar en poder de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) porque estos grupos operan en Venezuela», afirmó.

Ereli confirmó que el Gobierno de EEUU ha planteado en varias ocasiones al ruso sus quejas por el acuerdo con Venezuela, que al parecer prevé la venta de 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov AK-47 y 40 helicópteros.

Según dijo hoy el periódico «The Washington Times», Washington envió en diciembre pasado una carta de protesta -«demarché», en términos diplomáticos- a Moscú, a la que siguió «la expresión directa de las preocupaciones de EEUU a los ministros de Defensa y de Exteriores rusos».

El secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Roger Noriega, había expresado el martes en una entrevista su preocupación por el acuerdo, al apuntar que podría provocar una carrera de armamento en la región.

El presidente de EEUU, George W. Bush, tiene previsto reunirse el próximo día 24 en Bratislava con su colega ruso, Vladímir Putin, y posiblemente le plantee entonces el asunto.

Según Ereli, el presidente venezolano, Hugo Chávez, ha adoptado una actitud «tolerante» ante los grupos guerrilleros colombianos de las FARC y Ejército de Liberación Nacional (ELN), incluidos ambos en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado de EEUU.

Las relaciones entre Venezuela y Colombia sufrieron serias fricciones en los últimos tiempos a raíz de la supuesta captura del dirigente de las FARC Rodrigo Granda en suelo venezolano.

Durante su audiencia de confirmación en el Senado hace tres semanas, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, calificó a Venezuela como «una fuerza negativa en la región», por sus efectos sobre sus vecinos, por «abrazar» al único gobierno no democrático, Cuba, y por las medidas de Chávez «para suprimir a la oposición».