Economía - Recorrido por distintas farmacias de la ciudad, para evaluar el supuesto aumento de precios en varios productos médicos. Ariel Díaz-Alejo / Periódico Hoy / 11 de febrero del 2011.
La directora ejecutiva de la Unión de Farmacias denunció ayer que es un atentado a la salud que la Policía detenga a los farmacéuticos cuando salen de sus trabajos en horas de la noche. Scarlet Sánchez Contreras expresó su consternación por el apresamiento de cuatro personas uniformadas y debidamente identificadas de una importante cadena de farmacias del país, que fueron detenidas.
Indicó que es sumamente grave que en momentos en los que la población requiere contar con atención farmacéutica que brinde medicamentos a los enfermos, se produzcan apresamientos arbitrarios en franca violación a la disposición emitida por el presidente Luis Abinader, donde el artículo 2, numeral 7 del Decreto 684-20 estipula que se permitía el tránsito del personal de las farmacias por ser servicio esencial.
La institución consideró que el esfuerzo y el riesgo que asume el personal farmacéutico en el cumplimiento de su misión de proveer medicamentos a los pacientes, es exponencialmente aumentado cuando arbitrariamente es detenido y recluido en una cárcel, perjudicando tanto a los enfermos que se ven privados en medio de un toque de queda de obtener sus medicamentos.
El personal de las farmacias se expone sensiblemente al ser recluido, junto a personas que violan el toque de queda, sin ningún tipo de protocolos.
Señala que de manera consecutiva se han producido las detenciones, tanto en la avenida República de Colombia como en el sector de los Guaricanos, en Santo Domingo Norte. Hasta el momento, las autoridades que han cometido tal arbitrariedad no han entendido que el decreto que establece el toque de queda dispone de una excepción a quien0 esté debidamente identificado y prestando servicios.
Sánchez Contreras estableció, a demás, que estas detenciones han provocado temor entre el personal que presta atención farmacéutica y que es frustrante que una persona que esté trabajando, exponiendo su vida, brindando un servicio esencial como la asistencia farmacéutica, amanezca presa con todo y su uniforme de farmacia, es sencillamente inaceptable, por lo que pidió el cese.