Hoy 
Representantes del sector de zonas francas se reunirán con miembros del equipo económico oficial el próximo viernes, a quienes les expresarán su preocupación por el impacto que está teniendo sobre los sectores generadores de divisas el fuerte descenso en el tipo de cambio.
Según se informó, los empresarios de zonas francas advertirán que con una tasa de 30 pesos por dólar ya los sectores generadores de divisas pasan a tener sus cuentas en rojo.
«Con los niveles actuales de la tasa de cambio, ya la situación para los generadores de divisas se hace insostenible porque se pierde el punto de equilibrio», explicó una fuente del sector de zonas francas que informó a la sección económica de Hoy de la reunión que tienen programada representantes del sector como miembros del equipo económico.
Ayer el tipo de cambio bajó a entre 28 y 28.50 pesos por dólar para la venta.
La tasa de cambio comenzó a bajar en julio del año pasado, pero la caída se profundizó a partir de agosto como resultado del cambio en las expectativas de los agentes económicos, generadas por el cambio de gobierno.
En junio pasado llegó a registrarse transacciones en el mercado a una tasa cerca a los 60 pesos por dólar, para la venta, y algo similar había ocurrido en febrero, como resultado de la crisis bancaria, la ruptura del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el aumento del gasto público con motivo de las elecciones presidenciales de mayo.
Un reporte del Banco Central sobre las tasas de cambio promedio ponderada mensual durante el presente año, indica que en junio ésta se colocó a 48.1 pesos por dólar, bajó en julio a 44.8 pesos por uno y en agosto a 41.2 pesos.
Según ese reporte, el descenso del tipo de cambio se profundizó en septiembre, cuando la tasa promedio ponderada para la compra bajó a 36.9 pesos, proceso que continuó en febrero, mes en que descendió a 30.6 pesos por dólar.
Entre los factores que están incidiendo en el descenso de la tasa de cambio, además del cambio en las expectativas de los agentes económicos, está el reforzamiento de la política monetaria restrictiva, a través de un mayor colocación de certificados de inversión por parte del Banco Central, así como la reducción en el gasto público.
