Preocupación del mundo giró ayer hacia  Italia

Preocupación del mundo giró ayer hacia  Italia

Roma. El primer ministro italiano, Mario Monti, dijo ayer  que preveía que el gobernador de Sicilia dimitiera tras una crisis financiera cada vez mayor, que ha llevado a la región autónoma al borde de la suspensión de pagos.

Monti dijo que existían «graves preocupaciones» de que la isla pudiera caer en default y dijo que había escrito al gobernador, Raffaele Lombardo, tratando de confirmar que dimitiría a finales de mes.

«Las soluciones que se podrían considerar  implican acciones de parte del Gobierno, no pueden ignorar la situación de la administración a nivel regional, sino que tienen que ser consensuadas de modo que se puedan aplicar los instrumentos más apropiados y eficaces», dijo el comunicado.

Sicilia, que tiene un estatuto autónomo especial, tiene una deuda de alrededor de 5.000 millones de euros, y debe pagar en intereses anualmente entre 500 y 600 millones de euros, según las cuentas de la agencia Reuters.

La inusual intervención de Monti subraya la gravedad de la situación de Sicilia, que supone alrededor del 5,5% del PIB de Italia, y que actualmente tiene un desempleo del 19,5%, casi el doble que la media del conjunto del país.

Las palabras del primer ministro muestran que si el Gobierno de Roma tiene que rescatar a la isla mediterránea, tendrá en cuenta la situación del gobierno regional. De momento, está previsto que se reúna con Lombardo el próximo 24 de julio.

A pesar de las dudas sobre sus finanzas, no parece que Sicilia suponga una gran amenaza para el conjunto de la economía italiana, según dijo la agencia de calificación Fitch, que aseguró que no ve un riesgo inmediato de incumplimiento en los pagos.

«Por lo que sabemos, la región de Sicilia no está en las mejores condiciones financieras. Pero no está al borde de un impago inminente en sus créditos y bonos», explicó Raffaele Carnevale, ejecutivo de la agencia. Fitch tiene asignada una BBB+ con perspectiva negativa, un peldaño por debajo del rating de Italia. Si sumamos la deuda de las autoridades locales a la de la región, la suma asciende a 115.000 millones de euros.

Por otro lado, el Banco de Italia anunció ayer que espera que el PIB italiano se contraiga un 2% en 2012 y un 0,2% en 2013, según las últimas previsiones contenidas en su Boletín Económico.

Italia: camino a la insolvencia

La deuda pública, a pesar de su alto volumen, 120% del PBI, se ha mantenido estable durante la última década; pero, en cambio, la deuda corporativa ha trepado, entre el año 2000 y el 2010, del 96% al 128% del PBI, de acuerdo al Banco de Basilea.

Además, las deudas personales aumentaron del 30 al 53% del PBI, con lo que la deuda total del país alcanzó el 310% del PBI desde el ingreso de Italia al euro.

 El crecimiento del PBI durante la década ha sido de un promedio del 0,6%, una cifra realmente muy pobre, si se toma en cuenta que la economía mundial tuvo un auge muy importante, en especial durante los primeros ocho años del decenio.

 Los próximos años se presentan mucho más difíciles, por lo tanto las posibilidades de que Italia esté en condiciones de pagar sus deudas son muy remotas.

 Otro factor muy negativo es el demográfico, ya que la UN proyecta un crecimiento negativo de la población, la que se reduciría de los 51 millones de habitantes actuales a 41 millones en el 2050.

Si a esto le sumamos que tiene el nivel más alto de expectativa de vida de Europa (83 años), y una reducción en el número de jóvenes trabajadores aportantes a un sistema de seguridad social, generoso por demás, tendremos una receta ideal para la ruina.

En conclusión: Italia es un país insolvente, con una fenomenal deuda de 1.9 trillones, o sea, casi 2 millones de millones, con todos los problemas antes mencionados le será imposible pagar jamás, por lo que podemos esperar un sacudón de graves consecuencias para el sistema financiero internacional.

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