Preocupación en momento clave

Preocupación en momento clave

Una parte del liderazgo político suele generar escepticismo porque demasiadas veces en este país se aspira al usufructo del poder sin claro propósito de servir. Asumen cargos que convierten en cada vez más remunerativos en función de generosas autonomías, al tiempo de hacer crecer la burocracia para beneficio de amigos y partidarios. Buena parte del enorme endeudamiento externo se debe a un proceso que cobró fuerza en la antesala de la última justa electoral en el propósito de retener el poder. Luego el Estado ha seguido pareciendo un gran hacedor de cosas.

Para lograr ese objetivo, y no tener que sanear la enormidad de la nómina pública, el gasto oficial sigue haciendo crecer pasivos que gravitarán sobre la presente y futuras generaciones. Muchos dominicanos que no han nacido ya son deudores, algo estremecedor. Ahora se oye hablar de pactos interpartidarios que incluyen puntos no divulgados todavía con vistas a lograr la reelección, lo que lleva a pensar que esa “vaca” de prometedoras ubres (símil del Estado como botín) que muchos codician sería escanciada hasta las heces, para lo cual tendrán que someterlas a más “ordeños”. Más cargos públicos, grandes y chiquitos, y contrataciones privilegiadas a costa del erario sin procurar eficiencia ni racionalidad. Las versiones de algunos de los propios asambleístas de la reforma en marcha sobre alegadas compras de voluntades, deben ser investigadas.

Persistencia en la criminalidad

Cuando meses atrás la fiscal del Distrito Yenny Berenice Reinoso dio su estremecedora versión de que descubría que en el 50% de  crímenes importantes participaban miembros de Policía y de ramas castrentes, la institución del orden no dio crédito a sus palabras, que no hacían más que corroborar lo que constantemente reflejan los propios informes oficiales. Nadie mejor para sustentarlo que la jefa del Ministerio Público en la densa y agitada capital de la República. Esta presencia  en la criminalidad  de personal con rangos mantiene la intensidad  denunciada originalmente  por  la fiscal; y para gran pesar  de la familia de Blas Olivo, y de la clase periodística, en su bárbaro asesinato pendiente de un pleno esclarecimiento hubo personajes deshonrando uniformes al actuar de rutina a las órdenes de un temible jefe del crimen organizado.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas