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Roma, 26 ago (EFE).- Italia sigue con preocupación la suerte del periodista Enzo Baldoni, cuando hoy se cumple el ultimátum lanzado por sus secuestradores, el autodenominado Ejército Islámico de Irak, para que Roma se comprometa a retirar sus tropas.
El reportero, colaborador del semanario «Diario», fue capturado hace una semana cerca de la ciudad santa de Nayaf por guerrilleros islámicos, que el martes enviaron un vídeo a la televisión
Al Yazira en el que exigían la salida del contingente italiano de Irak o «no se garantiza la seguridad del rehén», afirmaban.
Establecían para ello un plazo de dos días, que finaliza hoy en medio del temor por la vida de Baldoni y ante la firmeza del Gobierno de Silvio Berlusconi, que insiste en que no cederá al chantaje terrorista.
El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, indicó hoy que el Ejecutivo ya ha emprendido actividades diplomáticas con vistas a una liberación «inmediata y sin condiciones».
En medio de esta campaña de contactos, el jefe de la diplomacia italiana concedió anoche una entrevista a la televisión qatarí Al Yazira en la que señalaba que Baldoni «estaba en Irak para servir a los iraquíes, ayudarles y aligerar su sufrimiento».
Y es que el periodista, además de colaborar con «Diario», era voluntario de la Cruz Roja italiana y la Media Luna Roja, con los que había colaborado para organizar dos convoyes sanitarios que entraron en Nayaf este mes.
Tras recordar la labor humanitaria de Baldoni en Irak, Frattini reiteró que las exigencias de los secuestradores «contradicen la voluntad del Gobierno iraquí; nosotros estamos dispuestos a dejar Irak, incluso mañana, si el Gobierno interino iraquí de Iyad Allawi nos lo pide», aseguró.
El director de «Diario», Enrico Deaglio, valoró hoy la intervención de Frattini en Al Yazira como «muy positiva» y afirmó que se puede hablar de «cauta esperanza», que se ve reforzada -añadió- por la intención de la televisión árabe de realizar un servicio para plasmar la actividad humanitaria del reportero.
Mientras tanto, los familiares y allegados de Baldoni siguen la situación con una mezcla de temor y esperanza, ya que algunos analistas apuntan a que el nivel de la amenaza contenida en el mensaje de los extremistas islámicos es menos intenso que con otros rehenes, de los que se decía claramente que serían asesinados.
El comisario extraordinario de la Cruz Roja, Maurizio Schelli, reconoció hoy que la vida de Baldoni «corre serio peligro», pero se mostró convencido de que «todo lo que ha hecho desde hace más de un año por la población iraquí dará sus frutos en manera positiva».
Además de colaborar con organizaciones humanitarias, Baldoni se ha mostrado crítico con la política de Silvio Berlusconi de intervenir en Irak a través de varios artículos, algo que podría contribuir a su liberación, según sus allegados.
Baldoni, de 56 años, dejó de tener contacto con «Diario» y con sus familiares el jueves pasado, cuando se encontraba en los alrededores de la ciudad santa de Nayaf.
La hipótesis de un secuestro se consolidó después de que se encontrara un cadáver que se cree era el de su intérprete cerca de esa localidad.
El mismo jueves desaparecieron los periodistas franceses Christian Chesnot, colaborador de Radio Francia Internacional, y Georges Malbrunot, enviado especial del diario «Le Figaro», que habían comunicado su intención de viajar desde Bagdad a Nayaf y de los que aún no se han tenido noticias.
Enzo Baldoni es el quinto italiano secuestrado desde el inicio del conflicto de Irak, después de que el pasado 13 de abril fueran capturados tres guardias de seguridad de esta nacionalidad por un grupo que se hacía llamar las «Falanges Verdes de Mahoma».
Uno de ellos, Fabrizio Quattorchi, fue decapitado a los pocos días, mientras que los otros tres -Salvatore Stefio, Umberto Cupertino y Maurizio Agliana- fueron liberados el 8 de junio en una operación de las fuerzas de la coalición. EFE
