Preocupación por los excesos en Navidad

Preocupación por los excesos en Navidad

La deslumbrante tradición de los diciembres llama invariablemente a las colectividades a celebrar con tendencia a regodearse en consumos que cuando sobrepasan límites razonables comprometen la salud del cuerpo y la mente y reniegan del origen cristiano y esencialmente espiritual de la conmemoración. Desalentar desafueros es meta inaplazable desde la comunicación social en apoyo a las acciones de protección ciudadana que de manera extraordinaria se disponen desde el Estado. Si bien el poder no desperdicia esta oportunidad festiva para satisfacer con mayores ingresos la capacidad de compra de los ciudadanos y de moverse hacia la gula y la embriaguez, también imprime impulsos de salvaguardia a través de organismos constructivos y eficientes como el Centro de Operaciones de Emergencia y la Defensa Civil. El Gobierno planifica tempranamente el reforzamiento de patrullajes policiales contra acciones delictivas en las vías públicas motivadas por el aumento del circulante y el desbordamiento de adquisiciones en el comercio.

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Digesett, la disciplinada entidad que es superada diariamente en su capacidad reglamentadora para garantizar la fluidez del tránsito contra descomunales entaponamientos, pasa a un desafío adicional en autopistas y carreteras por las que sus efectivos deben hacerse visibles para inspirar respeto, preventivamente, a los límites de velocidad y aplicar la prohibición de mezclar el alcohol con la conducción vehicular en un país de las más altas tasas de accidentes y víctimas mortales en las rutas terrestres. Esto de las colisiones y vuelcos que aumentan en Navidad y el de la conflictividad social que conduce a riñas barriales en el marco de las bebentinas, obligan anualmente a reservar espacios en hospitales y reforzar personal asistencial ene traumatología y de capacidad para manejar intoxicaciones. Ha subido anualmente la cifra de menores de edad, incluyendo niños, llevados a los centros de salud tras consumir alcohol por descuidos o inducciones por adultos. Siempre se espera que Navidad resulte efectivamente, tiempo de paz y convivencia pero para las autoridades y los ciudadanos en sentido genera, es también un reto a actuar con responsabilidad para imponer moderaciones por el bien propio y del prójimo.

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