El incremento de la corrupción de cuello blanco y común y la ola de actos delictivos a todos los niveles arropan la sociedad dominicana en estos momentos, lo cual debe y tiene que preocuparnos grandemente. Se nos va de las manos país,ante la mirada indiferente de muchos, complicando más la situación.
Estos dos cánceres sociales impiden el disfrute de La Paz que anhelamos.Y no puede ser menos de ahí.
La vergüenza se ha perdido,por lo que debemos y tenemos que sentir alta preocupación ante la falta de decencia en el manejo de los fondos públicos y ante la desfachatez de quienes deben rendir cuentas al pueblo y se burlan él.
Preocupación y vergüenza debemos y tenemos que sentir ante la complicidad e irresponsabilidad del sistema judicial de no impartir justicia, burlándose de toda la sociedad. El tratamiento complaciente a los casos más emblemáticos de corrupción son los mejores ejemplos.
Preocupación tenemos y debemos sentir por ola indetenible de asesinatos de nuestras mujeres por parte de su pareja o ex pareja sentimental ante la mirada indiferente de las autoridades, así como la violencia cobarde y salvaje contra niños,niñas y adolescentes por parte de desaprensivos de la sociedad, incluyendo familiares de los mismos.
No hay forma de echar hacia delante el país y de mejorar las condiciones de vida de la mayoría de población con semejante comportamiento,en la que robarle millones y billones al Estado no le producen el menor rubor, negando descaradamente su participación en tan deleznable acción.
Todo esto junto a otros males importantes debe movernos a la acción ,para salvar el país.Solo con esa disposición responsable contribuiremos a cambiar la situación . A eso debemos apostar.