Preocupaciones

Preocupaciones

De enero a agosto del presente año se suicidaron 354 personas, es decir, más que las que se quitaron la vida en los doce meses de cada uno de los años 2002, 2003 y 2004. La fuente de estos datos es el Departamento de Estadísticas y Cartografía de la Policía Nacional.

En los primeros seis meses de este año, 21,173 personas fueron atendidas en el Hospital Doctor Darío Contreras por heridas que sufrieron en actos de violencia. Esto consta en los registros de ese centro asistencial.

Un tercer elemento es que ha habido que diseñar un plan especial, que se ensaya en  el barrio Capotillo, para intentar disminuir un activismo criminal que es responsable, en gran medida, de las cifras de violencia que registra el Darío Contreras. Ha habido que recurrir a métodos de excepción para tratar de mejorar las condiciones de seguridad ciudadana.

–II–

La patología social que estamos reseñando es altamente preocupante.

El aumento del número de suicidios hasta los niveles anotados revela que se hay un agravamiento de la frustración de mucha gente, probablemente por falta de soluciones para sus problemas, de respuesta a sus expectativas.

El auge de la violencia no puede ser menos grave. Las causas que pueden empujar a algunas personas a cometer suicidio, pueden llevar a otras a descargar sus frustraciones en otros, con vías de hecho que permiten engrosar las estadísticas del Darío Contreras y otros hospitales.

Es innegable que tenemos una enfermedad social que debe ser encarada, primero con una revisión de los procedimientos mediante los cuales se administra el Estado, sus poderes, sus bienes, sus recursos y sus oportunidades.

Las cifras podrían estar alertando sobre la necesidad de cambios profundos, de mejor distribución de lo habido y por haber.

–III–

Gobernabilidad es un concepto manoseado con mucha asiduidad en estos tiempos.

La más reciente apelación pretende establecer la condición de que si no hay una reforma tributaria, no fiscal como se dice, a imagen y semejanza de lo pautado por el Gobierno y el «consenso», estaría en riesgo la gobernabilidad del país.

Resulta contradictorio que se planteen estas cosas en ese contexto cuando, a contrapelo de la afirmación oficial de que no habrá nuevos impuestos, la reforma sí empeorará las condiciones de vida de mucha gente porque desplazará las cargas existentes sin pretender una auténtica reforma fiscal.

Sin embargo, no hemos escuchado que nadie de las esferas del poder haya visto como amenaza a la gobernabilidad el creciente número de suicidios, que denotan frustraciones e insatisfacciones; el alto número de heridos en actos de violencia, que podría tener conexión con las causas anteriores,  y que haya sido necesario adoptar medidas de excepción para preservar la seguridad ciudadana. Eso es preocupante.

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