Preocupaciones de tramo final

Preocupaciones de tramo final

La apreciación de que la consulta electoral inminente está apropiadamente organizada lleva como negativo telón de fondo las denuncias recelosas de malas artes que entrecruzan partidos rivales: alegatos de intenciones y preparativos de fraude y presagios de maniobras que harían aparecer falsamente al adversario como violador de las reglas de juego para que alguien se pinte como víctima. Formulaciones a veces asistidas de señales preocupantes que merecen atención y que pondrían a prueba los blindajes de la Junta y la efectividad de las observaciones y acompañamientos independientes. No faltan al aproximarse el acto de votar, las pinceladas que exageran peligros y que por tradición agregan tensiones a las luchas políticas.

¿Cómo negar, sin embargo, que desde antes de estas vísperas los contendientes han estado en una desigualdad de capacidades para el accionar proselitista que agrede a la democracia a partir del patrocinio vigoroso que se despliega desde el Estado hacia las ofertas electorales ligadas a las riendas del poder? Las amenazas documentadas de cancelar empleados públicos renuentes a apoyar a gobiernistas, el planeado crecimiento controversial y escandaloso de la ayuda social gubernamental y los preludios de que estaría en operaciones una excepcional logística para llevar a mesas los votantes sagazmente ubicados como favorables al oficialismo, niegan equidad a las elecciones.

Buenos planes y pocos fondos

Con atractivas ofertas de gestión enfocadas ambiciosamente en los tradicionales problemas de sus comunidades, candidatos a alcaldes, regidores y directores de distritos luchan por unas posiciones electivas en las que ya ganadores necesitarían el trato justo que desde un Estado leal al presidencialismo la municipalidad sigue sin recibir. Demandar con vigor y énfasis políticas presupuestales y normativas favorables a las grandezas prometidas no ha tenido mucha presencia en los pregones de la competencia que finaliza. Aun cuando siempre procede cuidar que las administraciones municipales sean eficientes y transparentes, restringirlas financieramente no garantiza los objetivos. Aquí los órganos de control y contrapeso personificados por el Congreso y otros órganos oficiales están fallando para todo el mundo. ¿Quién tira la primera piedra?

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