POR ELIAS RUIZ MATUK
Un dominicano residente en Estados Unidos mostró ayer su preocupación porque uno de sus hijos, sargento mayor del ejército norteamericano, se encuentra  en el  frente de guerra en Afganistán.

“Definitivamente me preocupa la suerte de mi hijo y cada vez que veo una foto de un soldado herido o muerto pienso que puede ser él y me puede llegar esa fatal noticia”, dijo conmocionado Leonardo Mauricio.

Reaccionó así ante la muerte del cabo Sergio Mercedes, cuyos restos fueron sepultados el lunes en San Pedro de Macorís, en medio de los honores militares durante un funeral encabezado por el jefe del Ejército Sur de los Estados Unidos, general Kent Keen.

Mauricio es padre del sargento mayor del Ejército de los Estados Unidos, Hamlet Mauricio Silva, de 22 años.

Sus hermanos son Leonardo, de 27 años, Abel, de 24 y Abraham, de 15. Está casado con Ismelda Silva, diseñadora de interiores,  todos residentes en Estados Unidos.

Mauricio dijo que al ver el reportaje del desgarramiento de la familia Mercedes  Sáez ante la muerte de su hijo, consideró que esto también le podría ocurrir a la suya.

“Leí ese reportaje con mucha tristeza, pero a la vez con entusiasmo, pensando que pueden haber dominicanos y dominicanas, padres y madres, que pueden unirse y hacer una especie de asociación en el que se puedan compartir datos de guerra, ansias, tristezas y dolor, así como la angustia, pero también esperanzas”, explicó.

Dijo que también se consuela  “porque podemos orar, por los soldados norteamericanos y por los mismos terroristas y no terroristas que se oponen a la intervención norteamericana en Irak y Afganistán”.

Criticó el “ inmenso gasto de guerra”  en el que está incurriendo el gobierno de los Estados Unidos encabezado por el presidente George Bush, el vicepresidente Dick Cheney y  el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld.

“En un mundo con tanta miseria y necesidades, muertes por hambre en Africa, Asia y América Latina, ese dinero que se gasta en la guerra, pudiera ser la solución de la humanidad.”, consideró.

Afirmó que ve las noticias en internet y en noticiarios internacionales, lo que hace que se preocupe más  “y a veces, uno no duerme bien”. Opinó  que no importa que se trate de una nación pequeña como la República Dominicana, ya que de alguna manera sus ciudadanos pueden contribuir a todo el movimiento mundial que se inició en Estados Unidos,  que se han manifestado en contra de la guerra.

Puso como ejemplo la sociedad norteamericana, que a su juicio, está presentando graves problemas económicos producto del gasto de guerra.

Exhortó a los dominicanos a que se organicen para compartir informaciones, estadísticas y concienciar a la ciudadanía, “en lo que es la gran maldad de lo que es la guerra”.

Dispuso los números telefónicos de su móvil 809,327-6467, para coordinar y formar una organización o frente, con el fin de unir periódicamente,  aspectos sobre esa “atrocidad que está pasando a esa parte del mundo”.

Mauricio Silva es sargento mayor, estuvo destacado en Carolina del Sur, en Virginia, Corea del Sur y en Alemania, desde donde  partió hace mes y medio porque lo enviaron al frente de guerra.

Su padre dijo que como creyente en Dios dijo esperar que su hijo regrese, sano y salvo.

“A los que lean esto que eleven sus plegarias e intervenciones para que terminen pronto”.

 Abogó porque Estados Unidos cambie su política de  guerra por otra de paz y cooperación, “porque“ es lo que necesita el mundo”.