Preocupan accidentes provocan “voladoras”

Preocupan accidentes provocan “voladoras”

POR LLENNIS JIMÉNEZ
Las denominadas «voladoras», los minibuses que dan servicio en el transporte de pasajeros, están produciendo cada día más accidentes y caos en el tránsito urbano debido a su gran número y el manejo temerario de sus conductores que mantienen una guerra disputándose los pasajeros en base a la ley del más fuerte.

Para llegar primero donde esperan los pasajeros incurren en imprudentes rebases, excesos de velocidad, violan las luces de semáforos y las señales, lo que está siendo señalado por otros conductores como un peligro público en las carreteras.

Por lo regular, aprovechando el gran volumen y dureza de las carrocerías de estos autubuses, los conductores a los que la población llama «guagüeros», se lanzan contra los automóviles de menor tamaño y peatones obligándolos a huir para evitar que lo choquen o atropellen.

Los registros de los tribunales de tránsito, sin embargo, no revelan que haya un gran número de estos conductores son reincidentes violadores de la ley 241 sobre Tránsito de Vehículos de Motor.

Los pasajeros que utilizan estos vehículos también suelen ser sus víctimas toda vez que el servicio es de muy baja calidad y por lo regular están en malas condiciones. 

La ley de tránsito y el reglamento complementario, además de instituciones públicas que cada cuatro años diseñan propuestas para regular el sistema, han sido insuficientes y los conductores de autobuses se desplazan por las calles y carreteras del país «como una bala» y sin que la acción de las autoridades los hayan controlado.

Abogados expertos en tránsito, técnicos en la materia, jueces y agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), afirman que los choferes de estas guaguas provocan la mayor parte de los problemas que acontecen en las vías de mayor circulación.

Afirmaron que el irrespeto a la ley de tránsito va desde el irrespeto de las normas en las zonas escolares y de hospitales, en la que se prohíben las bocinas; a las líneas que ordenan detenerse para permitir el paso de los peatones. Indicaron que hay, además, total irrespeto a las señales auxiliares, de peligro y otras restrictivas, como las que advierten no doblar, establecen el tránsito en una dirección y las que regulan el estacionamiento.

Los técnicos indicaron que los conductores que mayor violación a la ley comenten son los asociados a las mas grandes organizaciones sindicales de transporte.

Se explicó que en el Tribunal de Tránsito y en AMET las cifras sobre la cantidad de infracciones que se le aplican a los choferes de guaguas son bajas, reveló una fuente a HOY. Indicó que las organizaciones sindicales de transporte se ocupan de gestionar que se les eliminen las multas a sus miembros, a través de mecanismos que impiden que los jueces los sancionen.

El abogado y ex juez de tránsito Juan Miguel Castillo Pantaleón atribuyó el comportamiento de los choferes del transporte público, al hecho de que por la naturaleza su oficio son gentes de «escasa cultura».

Mientras que el juez Sergio Ortega considera que las infracciones graves que se cometen en el transporte pone en peligro la vida de los pasajeros y la de quienes no tienen nada que ver con los autobuses.

Ortega, magistrado de la Sexta Sala Penal del Distrito Nacional y ex juez de tránsito, sostiene que la ley 241 tiene definiciones para controlar a conductores de vehículos de gran volumen, como los autobuses.

A su entender, uno de los problemas radica en que hay sin preparación suficiente que es autorizado a conducir estos vehículos lo que revela que “desgraciadamente la realidad muchas veces pesa más que la ley misma».

Expresó que el Tribunal de Tránsito ha hecho esfuerzos por aplicar la legislación en todas sus partes y por concientizar a los conductores de guaguas de que primero está la vida de las personas.

De su lado, Castillo Pantaleón afirmó que alrededor del fenómeno del transporte de pasajeros ha habido todo un clientelismo. Dijo que las rutas de transporte de pasajero son un gran negocio, lo mismo que los propios vehículos y el trato hacia las instituciones públicas.

«La manera de conducir del chofer de guagua usualmente es atropellante», dijo Castillo Pantaleón, y se refirió al gran trabajo que requirió lograr que se respetaran los carriles preferenciales para los autobuses.

Expresó que la ley de tránsito es completa, aunque el régimen de las multas sea insignificante.

Señaló que la ley incluso establece el comportamiento cívico y pulcro que debe tener conductor, de que no puede golpear el vehículo por fuera, tener un trato cortes con el pasajero y vestir limpiamente.

Resaltó que la mayoría de los vehículos de transporte no son revisados y por tanto tampoco portan el marbete de la revista, pese a que está llamada a ser un control administrativo de la condición óptima del aparato.

Sostuvo que además de que hay mucha chatarras en las calles, el promedio de los conductores maneja a la ofensiva.

Los autobuses, dijo, casi siempre invaden los espacios peatonales.

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