He escrito una serie de artículos relacionados con el uso del glifosato en las fumigaciones agrícolas, desde que se produjeron las primeras denuncias de que el agroquímico tiene potencial para producir cáncer y desde que muchos países descontinuaron su uso.
Mi última entrega relacionada con el tema la escribí el 27 de octubre de 2023, hace menos de un año, luego de que se reportara la intoxicación de un buen número de estudiantes y profesores que debieron ser hospitalizados en San Francisco de Macorís; para entonces cuestionaba ¿con qué se fumigan las plantaciones de arroz cercanas a los planteles?
La preocupación vuelve y creo que debe haber una ocupación real de las autoridades. El 11 de abril volvieron a producirse intoxicaciones de estudiantes de varias escuelas y, según denuncia del gremio de los maestros, más de cien intoxicaciones se han producido desde 2023 hasta la fecha.
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Cuando ocurrió la de octubre, los ministros de Medio Ambiente, de Agricultura y de Educación informaron que llegaron a un acuerdo con los dueños de las plantaciones para desviar las fumigaciones hacia lugares donde no afectaran a los planteles.
Esa solución simplemente no resuelve el problema. Es que el uso del glifosato va más allá de un acuerdo entre las partes involucradas, ya es un asunto de salud pública y el derecho a la vida de todo un ecosistema. Si se fumiga con glifosato, está en riesgo la vida de los que fumigan, de los que residen en las cercanías y de los consumidores de los productos fumigados y, peor aún, las aguas que circundan en las zonas de impacto.
Según la denuncia de la ADP de la provincia Duarte, en 26 ocasiones han tenido que llevar de urgencia a estudiantes y maestros intoxicados. Esto es muy grave, el herbicida se acumula en el organismo creando tumores a largo plazo. El cáncer de no Hodgkin ha sido vinculado al uso del agroquímico en Estados Unidos.
El fabricante del agroquímico debió pagar la suma de 10 mil millones de dólares para poner fin a 125 mil demandas de personas y familias que habían desarrollado la enfermedad por el uso en jardines.
En enero de este año, la empresa productora fue condenada a pagar 2,250 millones de dólares a un hombre con cáncer atribuido al uso del glifosato. Por eso reitero mi pregunta: ¿se fumiga con ese producto en el país?
Dicen que una gota de agua hace un hoyo en una piedra, no porque el agua sea fuerte, sino por la constancia con que la gota cae en la piedra. Como dominicana me preocupa mucho la salud de la población, es que dentro de ese conglomerado están mis hijos y mis nietos, los cuales nunca se irán de este país para ser extranjeros en otra parte, y también los hijos de los que me leen y los de los 10 millones de dominicanos que heredamos el legado de los padres fundadores de la nación.
Hay que buscar una solución. Vietnam es uno de los mayores productores de arroz del mundo y sacó el glifosato de sus fumigaciones. México también lo hizo igual que muchos otros países y en algunos está suspendido para estudio.
Tenemos el deber de realizar al menos una investigación seria sobre su uso.