Preocupante

Preocupante

La Universidad Autónoma de Santo Domingo es el Alma Mater de quienes se graduaron en ella y de quienes no nos graduamos, por una y otra razón.

Nos preocupamos por su quehacer, por el mantenimiento de su autonomía, porque se mantenga la calidad de su enseñanza. Cuando se inauguraron las tres o cuatro primeras extensiones de la UASD, hasta ahí aplaudí el esfuerzo por llevar la alta casa de estudios a pueblos cuya mayoría de estudiantes carecía de recursos para mantenerse en la Capital.

Recuerdo haber discutido con mi amigo el doctor Emilio Cordero Michel, sobre el ingreso masivo de estudiantes sin las calidades necesarias para cursar altos estudios, por deficiencias irreparables, fruto de la permisividad e irresponsabilidad de autoridades que dirigen el nivel de educación de la secundaria.

El opinaba que debía autorizarse el ingreso de todos, sin distinción y que el Colegio Universitario, cedaceara los estudiantes para autorizar su ingreso.

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Yo proponía que el ingreso fuera solo para becados, puesto que el Gobierno mantiene la academia, con récords de notas superiores a los 90 puntos, para los demás bachilleres, institutos especializados en enseñanza técnica y en oficios tales como mecánica automotriz, pintura de casas y edificios, plomería, sastrería, carpintería…

Ahora, mi preocupación es sobre la calidad de la enseñanza universitaria, no me ocupé de averiguar cuántas extensiones tiene la UASD, pero ese no es el problema, aunque sí lo es, ¿Hay tantos profesionales especializados en cada una de las materias que se dictan en una universidad?

La hemorragia de “universidades” no resuelve el problema de la calidad de la enseñanza. La calidad de la enseñanza se mide por el nivel profesional y la capacidad para transmitir los conocimientos, de forma inteligible y científica.

Nos quejamos de la calidad de la enseñanza en la escuela Secundaria sin que revisemos o evaluemos la calidad de la enseñanza universitaria. Es solo una alerta. Otro asunto: avanzamos en ciberseguridad, pero las carreteras están llenas de vehículos con las gomas lisas, sin una o dos luces, que caminan porque Dios es grande.

No fijamos límite para la importación de autos que rellenan las calles y caminos, como longanizas, tanto que resulta imposible transitar libremente entre las 7:00 a.m. y las 7:00 p.m por las calles de Santo Domingo y otras ciudades. Parece que al gobierno solo le interesa aumentar sus ingresos, aunque se desperdicien cientos de millones de dólares en los tapones en las horas pico.

Además: ¿Qué autoridad revisa si se da mantenimiento a los ascensores de los edificios multipisos?

La ciudad crece y busca el cielo, mientras los bomberos carecen de equipos para atender un incendio del piso 7 u 8 hacia arriba.

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